Cuatro décadas del paso de Juan Pablo II por Ávila
El 1 de noviembre de 1982 un millón de personas se concentraban en el Lienzo Norte para ver al Papa
Ávila
Quienes estaban en Ávila aquel 1 de noviembre de 1982 seguro que no han olvidado que lucía el sol e incluso hacía calor. El tiempo acompañó al millón de personas que llegaron desde distintos puntos para ver a Juan Pablo II, el primer papa que visitaba España, que había aterrizado en Madrid el día anterior. Ávila fue parada obligada en una visita que duró diez días y que se hizo con motivo de la celebración del cuarto centenario de la muerte de Santa Teresa.
El viaje estaba previsto para el 14 de octubre de 1981, con la apertura del año jubilar pero se tuvo que retrasar porque unos meses antes sufrió un atentado que hizo peligrar su vida. Un año después, ya con el vehículo blindado que se conoció como "papa móvil" diseñado para garantizar su seguridad, miles de personas le esperaban en Ávila al grito de "Totus tuus".
Su primera visita fue al Convento de La Encarnación donde Santa Teresa tomó el hábito el 2 de noviembre de 1536 iniciando su vida como monja. Allí se habían dado cita unas tres mil religiosas de clausura llegadas de todo el país. La periodista de Radio Cadena Española, después Radio Nacional de España, Lola López Contreras estaba allí para cubrir la información. "Fue un acto muy entrañable porque se dirigió a ellas directamente, y ellas, con cara de satisfacción, incluso hablaron para Radio Cadena mostrando su alegría por la visita del Papa en su casa".
Desde allí fue al Lienzo Norte donde todo estaba preparado para una misa al aire libre que fue seguida por un millón de personas y retransmitida por televisión. Todo un reto logístico. Los Reyes y sus hijos, y miembros del Gobierno asistieron a la eucaristía. Cientos de periodistas cubrieron la noticia. Una frase pronunciada por Juan Pablo II se puede leer en una piedra ubicada en ese lugar: "Ser conciudadanos de Teresa de Jesús es un timbre de gloria pero es también un compromiso".
Nicolás González, quien fuera capellán del Monasterio de La Encarnación de Ávila, y coordinador general de la visita recordaba en un artículo publicado en El Diario de Ávila con motivo del treinta aniversario que "cientos de periodistas con sus conexiones de televisión y de radios habían ocupado sus cabinas de emisión. Millones de metros de cables para megafonía, conexiones telefónicas o electricidad cruzaban el recinto llamado del Carmen, un espacio que lindaba con la muralla por el sur, con la Encarnación y Fuentes claras por el Norte y los Cuatro Postes por el Oeste. Todo estaba inundado de luces, de música, y sobre todo, de gentes. Nadie pudo contar los autobuses y coches y trenes especiales que los habían transportado desde todas las regiones de España y de fuera de España".
Tras los dos actos oficiales la visita continuó con paradas en el Convento de las Madres, en la Plaza de Santa Teresa y en la iglesia de La Santa. Pablo Herráez, que se encontraba allí narrando en directo lo que ocurría, recuerda que dentro de la iglesia no había nadie, todo estaba en silencio y el papa se arrodilló para orar ante el altar. "Tengo una anécdota, yo debía estar hablando un poquito fuerte y me dijeron que bajara el tono de voz". En contraste con ese momento de recogimiento fuera de la iglesia cientos de personas se apretujaban para ver salir al pontífice. "Fue super emocionante, un día increíble lo que vivimos en Ávila".
En el año pasado se instaló un busto de Juan Pablo II en la plaza de La Santa en recuerdo de aquella jornada. Y en el Monasterio de la Encarnación las monjas exhiben con cariño el sillón de madera en el que el papa se sentó aquel día para dirigirse a las monjas que habían llegado también de otros conventos para ver al santo padre.
Juan Pablo II volvió a España en otras cuatro ocasiones pero sin duda su primera visita a nuestro país es la que quedará en la memoria colectiva de los abulenses.
María Ángeles Hernández
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense...