Una palentina en las 'bambalinas' del GP de F1 de Abu Dabi
La joven Paula Vidal trabajó como asistente de eventos dentro de un restaurante del ‘Paddock Club’ en la última carrera del Mundial de Fórmula 1, celebrada en Emiratos Árabes
David Herrero / ICAL
“Ha sido todo un sueño poder realizar este viaje a Emiratos Árabes”. Así define la joven palentina, Paula Vidal, su etapa de trabajo como asistente de eventos dentro de un restaurante del ‘Paddock Club’ en la última carrera del Mundial de Fórmula 1, en el Gran Premio de Abu Dabi, celebrado en Emiratos Árabes. La estudiante de cuarto curso de Psicología en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) señala a la Agencia Ical que la experiencia laboral fue “intensa y dura,” pero a la vez “muy gratificante y enriquecedora”, de la mano de muchas horas de trabajo activo y con la atención al máximo, aunque reconoce sentirse agradecida de poder haber vivido algo único. Gracias a una competición y un país que cuida mucho al turista y son muy considerados en un ambiente internacional y multitudinario.
Todo comenzó el curso pasado cuando estuvo estudiando un Erasmus en París, y entre los estudiantes españoles se divulgó la noticia de que se buscaba gente residente de dicha ciudad para trabajar en la final de la Liga de Campeones de la UEFA 2021-2022, que tuvo lugar el 28 de mayo en París. “Envié mi currículum y me contactaron para trabajar en dicho evento. Meses después, la misma empresa me ofreció trabajar en el Gran Premio de Fórmula 1 de Abu Dabi y en el mundial de fútbol de Qatar, ante lo que decidí escoger la F1 debido a que, con la universidad, no puedo disponer de toda la flexibilidad que requería trabajar en Qatar”, afirma.
Su función fue la de asistente de eventos dentro de un restaurante del ‘Paddock Club’ al que fueron asignados. Sus tareas consistían en adecuar la sala y preparar la cocina para tener todos los elementos del catering limpios y organizados, ya que las exigencias del evento precisan ofrecer un servicio “impoluto, ágil y ordenado”. El viernes, sábado y domingo recibieron a los invitados, y su trabajo fue esencialmente el servicio activo de mesa, lo cual implica atender a los invitados en cualquiera de sus demandas y necesidades, para poder ofrecerles un servicio de catering de calidad mientras disfrutan de los entrenamientos y de las carreras.
“Ha sido una experiencia laboral intensa y dura, pero a la vez muy gratificante y enriquecedora. Son muchas horas de trabajo activo y con la atención al máximo que fatigan física y mentalmente, pues además toda la comunicación se realiza en inglés. Sin embargo, solo somos conscientes del cansancio una vez hemos terminado, puesto que, es tal el nivel de activación que tenemos durante la jornada, que solo pensamos en ofrecer lo mejor y seguir con el equipo el objetivo común. Esta experiencia me ha enseñado la importancia de la organización, planificación, competencia lingüística y, sobre todo, de trabajar en equipo”, afirma.
En lo personal, asegura que ha sido todo un sueño poder realizar este viaje a Emiratos Árabes y estar en el circuito durante la última carrera de la temporada. “Realmente he disfrutado trabajando de cara al público, pero lo que de verdad aprecio es el sentimiento de unión que hemos desarrollado en el equipo de mi restaurante”, recuerda.
“Estoy muy satisfecha con el servicio excelente que hemos logrado juntos gracias a la confianza y complicidad que teníamos entre nosotros, y muy agradecida de haber podido conocer a gente tan especial de distintas partes del mundo, con la que sé que volveré a encontrarme”, añade.
Exigencia y celebridades
La palentina explica que dado que los asistentes de este evento, y sobre todo del ‘Paddock Club’, no son un público al uso, sino personajes públicos, políticos o CEOs, el grado de exigencia es realmente alto. “Nos requieren una apariencia cuidada y una actitud ejemplar, teniendo siempre muy en cuenta el protocolo del evento para poder ofrecer una mejor atención y crear una atmósfera elegante y profesional”, explica.
Además, señala que este trabajo ha requerido el 100 por 100 de su tiempo toda la semana que ha durado. Reconoce que no es fácil compaginarlo, si bien aclara que fue consciente de que iba a tener que adelantar trabajo y recuperar también a la vuelta. “Este evento no era demasiado largo pero sí muy exigente, por lo que allí me era prácticamente imposible continuar con la materia de la universidad. De todos modos, mis profesores me han animado sin dudarlo a lanzarme a esta experiencia”, señala.
De Dubái, asegura que puede aún sentir la adrenalina de las carreras, el orgullo del trabajo bien hecho, la admiración ante lo diferente y la emoción de lo fugaz. “Siento que he exprimido la experiencia al máximo y estoy agradecida de haber podido disfrutar de algo único”, dice.
También remarca que en ningún momento tuvo problema alguno por ser mujer o extranjera. “Tuve la sensación de que en Dubái cuidan mucho al turista y son muy considerados. Por otro lado, el circuito es ya en sí un ambiente muy internacional y multitudinario, tanto por parte de los trabajadores como por parte de los invitados y espectadores, por lo que no hubo ningún problema de integración”, afirma.
Finalmente, destaca que tenían prácticamente el mismo acceso a las zonas de las que disfrutaban los espectadores, del mismo modo, que, por trabajar en una sala que daba completamente al circuito, pudo ver partes de la competición, como la salida o la llegada, siempre y cuando esto no afectará al trabajo.