Usos, tipos y problemas de abastecimiento para el futuro: la patata, un alimento que también tiene ADN Ribera

Ribera del Duero

Es un cultivo que nos acompaña durante todo el año. Presente en guisos, de acompañante, o de principal protagonista, pero casi aplicable a todo tipo de comidas… Puede ser un alimento de los más queridos incluso del país. Hablamos sí, de la patata. En la Ribera, entre algunos de sus productores, se encuentra un agricultor como Javier Astigarraga, de Zazuar. "Ya no quedamos tantos como antes había", explica, valorando un cultivo "que tiene muchos usos y tipos", porque "todos estamos acostumbrados a la patata desde niños, con los purés o los chuletones; es un alimento de primera necesidad".

Para poder cultivar patata es necesario que se den una serie de condiciones. "El mejor terreno es franco arenoso, porque a la hora de sacar la patata, entre septiembre y noviembre, si llueve mucho es necesario que suelte bien. Otro de los problemas es que hay que hacer una buena rotación de cultivo; no es bueno cultivarla de seguido. Cuanto más distancia haya es mejor, y se recomienda 4 años de espera", relata.

Necesidad de agua y precios aceptables

Hace años se cultivaba más cantidad de patatas, según cuenta Javier, porque "se depende mucho del agua y con el desabastecimiento que ha habido se pasa mal", pero "hay pueblos como Vadocondes que lo llevan mucho". Con la campaña recién finalizada, puede decirse que "no ha sido larga" porque por la sequía "se han tenido que hacer recortes", pero "la calidad ha sido buena y lo que se ha perdido por un lado se ha ganado por otro, porque los precios no han sido malos".

Sin embargo, ese precio de la patata no es un oasis en medio del desierto, advierte el agricultor. "La patata es un producto que tiene muchos altibajos; un año ganas mucho dinero y otros te medio arruinas. Se han quedado muchos años las patatas en el campo porque no se han recogido. En los últimos años sin embargo se está dando un precio aceptable y algo estable para los agricultores, y este año la verdad que el precio no ha sido malo; ojalá todos los años fuera así", reconoce.

Las decenas y decenas de tipos de patatas que existen -agria y Mona Lisa son los más comunes de nuestro territorio- pueden ver reducida su producción y aumentado su precio por el poco relevo que se vislumbra en las generaciones venideras. "Yo creo que puede peligrar el futuro de la patata y en general, no solo en nuestra zona. Es un producto que necesita gente joven. Da mucho trabajo. En la zona de la Ribera hay problemas de agua; en Zazuar por ejemplo dependemos mucho de pozos o el Río Arandilla, pero donde el agua esté asegurado puede suponer mucho futuro para chavales jóvenes que decidan lanzarse a su cultivo", sentencia.

Únete al canal de WhatsApp de la SER