El aventurero arandino que cambió su vida para vivir en Chile

Aranda de Duero

Deportista, aventurero, arandino... y chileno. Diego Hernández decidió cambiar de vida hace 10 años, y no se arrepiente. Este martes ha compartido un agradable rato de charla en Hoy por Hoy Aranda al regresar por sorpresa durante unos días a sus raíces para relatarnos su experiencia, día a día, y trabajo en Santiago de Chile, en el que se ubicó en 2012. "Llevaba una maleta, una mochila, un visado, y poco más. Fui por trabajo y allí me quedé. En ese momento buscaba salir de España por ver otros países, cómo se vivía... Y ex compañero me comentó que allí no había consultores informáticos, que es a lo que yo me dedico; salieron las cosas, renuncié a mi trabajo en Madrid y me fue bien. No fue por dinero, desde luego. Porque allí la vida es más cara que en Madrid. Y el salario mínimo es bajo porque pueden ser como 400 euros y de alquiler pago 600", explica.

El deporte como excusa para viajar

Pensó que algún día cerraría el ciclo, y aún no sabe si cambiará de país. Pero ha visitado ya los cinco continentes, porque en su momento también le dio por hacer maratones de montaña. "Es viajar con la excusa de correr. Primero miré en Chile y luego fuera. Me hago mis reportajes de carrera, que al final es lo de menos. Conoces a gente, lo que comen, su cultura... Porque voy 7 ó 10 días. Me gusta la experiencia al completo; incluido el cómo llegar. Porque lo que cuenta es la experiencia. El viaje que cambió fue Nepal, el ver a niños de seis años sin nada camino al colegio a 4.500 metros de altura, haciendo 10 kilómetros para ir y 10 para volver. Piensas que si ellos son felices a pesar de la dificultad, ¿qué haces tú con esta mochila? Por eso repetí pero cambiando el lugar de destino", asevera, antes de relatar otros destinos variopintos.

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Vivir en una ciudad de 12 millones de habitantes

Hernández asevera que en Chile viven 20 millones de personas; solo 12 en su capital, donde reside. "Eso aquí es impensable. Y es un caos, pero no tanto si lo comparas con Madrid o Barcelona. Yo cuando fui la ciudad era más segura, ahora lo es menos y más cara. Pero me libera tener a 10 kilómetros una montaña", cuenta. "Soy inmigrante, aunque allí nos llaman gallegos. Al inicio nos juntábamos muchos españoles, nos juntamos 20.000 en solo cinco años. Profesionales de todo. Pero en mi cuadrilla ha habido de todo, peruanos, irlandeses, mexicanos... Da igual de dónde sean, lo importante es que sean buena gente", añade, explicando que "al viajar conoces a muchas personas a las que puedes visitar y quedarte en su casa a dormir, igual que cuando son ellos quienes me hacen la visita soy yo el que abre su casa".

Lo más duro

Para él lo peor de su experiencia es su trabajo, y solo porque teletrabaja. "Dicen que qué bien, porque te permite viajar y tal. Pero yo estoy solo en casa, y te falta el trato con la gente, y si te falta eso te falta media vida. Por eso cuando acabo me voy a entrenar, porque no se puede perder el contacto", asevera. El próximo lunes regresará a Santiago de Chile, pero un día antes, el domingo, correrá la Maratón de Valencia. Será todo un reto, otro más que añadir a la lista. Pero ninguno tan arriesgado y aventurero como el de cambiar una vida y un país para seguir siendo feliz.

La entrevista al completo puede reproducirse en el audio superior.