Cuarenta días de rezos frente a una clínica abortiva: así sortean los grupos pro vida el Código Penal

Valladolid

Cuarenta días de rezos ha soportado una clínica ginecológica de Valladolid en la que se practica la interrupción voluntaria del embarazo. Cuarenta días de rezos de un grupo pro vida -'40 días pro vida Valladolid'- que desde que se reformara el Código Penal el pasado mes de abril para castigar estas acciones intimidatorias, han encontrado un vericueto legal para no caer en un delito.

El gerente de esta clínica, José Manuel Muñoz, explicaba así a la Cadena SER la diferencia entre el antes y el ahora tras la reforma del Código Penal: "Antes se acercaban a las pacientes, intentaban que no entraran... barbaridades. Ahora se limitan a grupos de dos o tres personas máximo, en teoría rezando y con un cartel que pone 'Te podemos ayudar'".

En el momento en que comenzaron los rezos a las puertas de la clínica, el gerente lo comunicó a la Subdelegación del Gobierno, por lo que la presencia de agentes uniformados ha contribuido a que la protesta, por llamarlo de alguna manera, se mantuviera en los límites permitidos. Muñoz asegura que están perfectamente aleccionados para no incurrir en ese nuevo delito, ya que se limitan a los rezos frente a sus instalaciones: "Están perfectamente instruccionadas, llega la policía, se identifican y como no hay alusión clara... ahí se queda, y nosotros no podemos hacer más".

Que el nivel de las protestas haya bajado ostensiblemente no quita para que las pacientes que se acercan a este centro a ejercer su derecho a interrumpir el embarazo se vean afectadas: "Una paciente que viene a la clínica para practicarse una interrupción del embarazo, esto le afecta, sobre todo aquellas pacientes cuya ideología religiosa les pueda llegar a causar un problema"

Podría interpretarse como una coacción

Como les decimos, están perfectamente informados de lo que pueden y lo que no pueden hacer, lo justo para intimidar a las pacientes pero sin incurrir en delito. La abogada y presidenta de la Agrupación de Mujeres Abogadas de Valladolid, Mariví Arribas, explica a la Cadena SER que la reforma del Código Penal se introdujo precisamente para evitar el acoso a las pacientes y trabajadores de los centros después de que se comprobara que era una práctica habitual.

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Desde su punto de vista, el hecho de rezar frente a un centro de este tipo se podría considerar coacción pero, en todo caso, son las afectadas las que han de denunciar: "Para mí sería una coacción el hecho de que esas personas estuvieran frente en la clínica porque ya no estaría ejerciendo mi derecho al aborto libremente".

Carteles en negocios de la ciudad

Se trata de un grupo perfectamente organizado, con el amparo además del Arzobispado de Valladolid -hay imágenes con el Arzobispo en sus redes sociales-, y que utiliza negocios vallisoletanos para promocionar estas concentraciones. De hecho, a pesar de que los cuarenta días ya han pasado, una farmacia del barrio de Pilarica mantenía hasta la mañana de hoy, jueves, en su escaparate un cartel en el que llaman a la participación, aunque finalmente lo ha retirado.

Hay que recordar que la interrupción voluntaria del embarazo es un derecho de las mujeres reconocido en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva, que reconoce el derecho de la mujer a interrumpir libre y voluntariamente la gestación en las primeras catorce semanas del embarazo.