Un año marcado por los sucesos
La muerte de Esther López y de la pequeña Olivia marcan la crónica negra de Castilla y León

Localizan el cuerpo de una mujer en Traspinedo / Leticia P�rez

Valladolid
La desaparición y muerte de Esther López de la Rosa, la joven vecina de Traspinedo (Valladolid), y el asesinato de la niña segoviana de seis años Olivia a manos de su madre, marcaron la crónica negra de un 2022 en Castilla y León, un año en el que la lacra de la violencia machista sumó tres nuevas víctimas y en el que las víctimas mortales en carreteras se dispararon y crecieron por encima del 40 por ciento con relación a 2021, para contabilizar más de 130 fallecidos.
Además, la provincia de Valladolid vivió un verano dramático con el triple crimen del barrio de La Rondilla, en la capital, y la muerte del teniente coronel de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, Pedro Alfonso Casado, mientras negociaba la entrega de un vecino de Santovenia de Pisuerga que se encontraba atrincherado en una vivienda después de haber asesinado a otro vecino de esta localidad.
La desaparición de Esther López se produjo el 13 de enero, pero no fue hasta 23 días más tarde, el 5 de febrero, cuando se encontró su cuerpo sin vida en una zona próxima al polígono Tuduero. Sin embargo, casi doce meses después de su desaparición el caso todavía no está resuelto.
Segovia
El asesinato de la pequeña Olivia a manos de su madre, quien suministró a su hija una dosis letal de ansiolíticos y analgésicos disueltos en una taza de leche con cacao, conmocionó a todo el país el pasado 31 de octubre. En el momento de la detención, los agentes encontraron a la madre en la cama junto a su hija muerta en una vivienda de alquiler en el barrio gijonés de El Llano, a donde ambas se habían traslado desde Segovia hacía unos meses.
Según informó el Tribunal Superior de Castilla y León, no fue hasta 2022 cuando el padre solicitó la guarda y custodia de Olivia ante el traslado de su expareja a Gijón. Custodia que en junio de este año inicialmente se le denegó, pero que en octubre, en una nueva vista, el juzgado cambió de opinión y acordó entregar la custodia al padre, al entender que con el traslado a Gijón de la madre se perjudicaba a la menor, que tenía a su familia en Segovia.
Por otra parte, la lacra de la violencia machista continuó con su reguero mortal y se cobró tres víctimas. La primera fue una mujer de 35 años que falleció en junio en Soria capital horas después de ser apuñalada en el transcurso de una discusión con su pareja, mientras que en septiembre, Raquel, una joven de 32 años, moría en Palencia a manos de su pareja, que después se quitó la vida al arrojarse a las vías del tren.
Pero además, una joven vallisoletana de 23 años, que trabajaba como enfermera en Bruselas, murió en octubre a manos de su expareja, un guardia civil, mientras que en Ávila, el Instituto Armado esclarecía un caso ocurrido en 2003 y detenía al asesino de Juana Canal, que confesaba que la asesinó en Madrid y que desde allí, una vez descuartizado, trasladó su cuerpo a una finca de la localidad abulense de Navalacruz, propiedad de su familia.
Ultraligero
La crónica negra cerró el año con el accidente de un ultraligero que se precipitó al río Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Villarmarciel y en el que perdieron la vida dos personas. Los buzos localizaron dentro de los restos del aparato sumergido en el agua el cuerpo de uno de los dos ocupantes, el de Beatriz Cantos Melgar, de 40 años y gerente del Aeródromo de Matilla de los Caños, mientras que puso en marcha un dispositivo para localizar el cuerpo de Guillermo Álvarez, teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Geria, que al cierre de esta información continúa sin aparecer.




