Opinión

Querido 2022

La firma de María González López

Querido 2022

Aranda de Duero

No has sido un año sencillo de resumir en un solo adjetivo, sino que más bien tienes entre tus cifras un mosaico hecho con cada uno de tus días y las sensaciones cosidas a estos. Nunca un año se me había pasado tan rápido, supongo que lo que nos advierten desde pequeños que, desde que cumples dieciocho el tiempo se te escapa del reloj, es verdad. A pesar de ello, he aprendido mucho más que en otros calendarios.

Tu tráiler prometía días de Sol, recuperar nuestras vidas por completo sin restricciones que las delimitasen y nuevas experiencias desde la cima de enero, esa que siempre se desciende por una cuesta donde los propósitos empiezan a pesar y se nublan perdiéndose en mañanas sin fecha.

No obstante, tu Sol siempre nos fue fiel. Febrero fueron carnavales de nuevo con su verbena correspondiente, esa que no bailábamos desde hacía dos inviernos. Nos disfrazamos, aunque siendo nosotros, con máscaras en lugar de mascarillas.

Marzo nos devolvió la primavera de verdad, las manifestaciones y la eliminación de las cuarentenas. Sin embargo, aunque este cambio fue muy significativo, abril nos dio pasos de semana santa que sí se caminaban hacia una normalidad, con la eliminación de las mascarillas en interiores.

Mayo aceleró el verano, arrebatándonos el sayo antes de que nos pudiésemos resistir, con temperaturas que nos hacían dudar del momento presente. No obstante, junio también atrajo las preguntas en base al clima, un puñado de exámenes con sabor a final de primero de carrera y el inicio de un verano cargado de vivencias.

Julio me regaló los diecinueve años, un curso de monitor de tiempo libre y fiestas de pueblos a las que acudimos haciendo turismo semanalmente, por las veces que el covid nos las negó. Tras él, agosto fue una breve extensión de su antecesor, con el Sonorama volviendo a llenar de más vida la ciudad, canciones de baile y manguera sobre la plaza del trigo, y recuerdos que pertenecen a los más preciados.

Septiembre se llevó al verano a cambio de un otoño similar, fiestas de Aranda como siempre las hemos conocido y el regreso a las rutinas atadas a sus horarios correspondientes. Octubre se deshizo bajo el astro, con más grados de los que debería entre sus días y las hojas sin descolgar de los árboles. No obstante, Noviembre, envuelto en flores coloreando el mes, rebajó los grados del termómetro y una hora al reloj. Diciembre nos deja con sus fiestas navideñas y los reencuentros como parte imprescindible en ellas.

Se te han extinguido los días, 2022, y con ellos tú. Sin embargo, haciendo este breve repaso por tu calendario, la palabra que te definiría entre todas las que te conforman, sería un gracias, por devolvernos la normalidad tras estos dos años de incertidumbre, nostalgia y vida pausada a restricciones, y recordarnos todo lo que no valorábamos como se merecía.