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Destapan el "caos" de la actividad asistencial de la Residencia de Mayores de la Junta en Ponferrada por falta de médicos, goteras y averías en el equipamiento

Los baldes recogen el agua mientras que siete residentes han tenido que ser trasladados de habitación y los ascensores se descuelgan con frecuencia

Ponferrada

Sin médicos, con la plantilla muy justa, con goteras en el tejado y con constantes averías tanto en ascensores como en maquinaria imprescindible para la prestación correcta de los servicios. Este es el panorama con el que han pasado de año los residentes y personal de la residencia pública mixta de Flores del Sil, gestionada por la Junta desde hace 22 años, una situación caótica, según el sindicato CCOO que se encuentra constantemente con el muro de la administración para poner remedio ante las repercusiones que puede traer para los más de 200 mayores a los que ofrece una atención integral. De hecho, desde la organización sindical advierten de las repercusiones que puede traer consigo la falta de asistencia médica continuada que precisan la mayor parte de los residentes, que son asistidos y que padecen múltiples patologías.

La prestación sanitaria es lo más importante, la Junta tenía asignados a este centro dos facultativos, de los que uno se ha ido y otro está de baja, pero el panorama del día a día se complica con una planta cerrada, siete habitaciones de residentes desalojadas, baldes recogiendo agua por las esquinas, algún techo desprendido, humedades por doquier y zonas de servicios inutilizables debido a las goteras que desde hace un año tienen en el tejado y sobre las que la administración se ha comprometido a actuar pero que siguen ahí provocando incluso las quejas de los familiares a los que la dirección, aseguran, ni reciben. La intervención de la administración es farragosa desde el punto de vista de los plazos de las contrataciones y aunque se ha iniciado el procedimiento, personal y residentes siguen soportando este serio problema que han destapado las familias.

Pero las deficiencias estructurales en la cubierta no son las únicas que acumula esta residencia mixta que atiende a más de 200 mayores y que cuenta con unos 160 empleados entre personal socio-sanitario, ordenanzas, administrativos o cocina. El día a día para ellos es complicado con las constantes averías por ejemplo en los ascensores, que incluso se han llegado a descolgar con personas dentro, o en los aparatos de lavado, secado y planchado de ropa, "lo que convierte la actividad del personal en un caos", indica De la Mata.

"Como el que oye llover", dice Agripina que la Junta hace oídos sordos a estas cuestiones que en algunos casos acumulan hasta cuatro años de fallos que se van parcheando como se puede con los operarios de mantenimiento sin que haya suficiente personal para poder contrarrestar el parón de los servicios mientras la consejería de Familia sigue sin pasar de las buenas palabras.

 
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