"¿Qué cenizas he esparcido yo en mi pueblo?"

Palencia

Poco podía imaginar la palentina Marisa Trejo que, cuando abrió el buzón el pasado 4 de enero, se iba a encontrar con una carta de un juzgado vallisoletano, el número 6. Menos podía imaginar el contenido de esa carta. Se la comunicaba que su madre fallecida está incluida en el listado de perjudicados a los que el tanatorio El Salvador de Valladolid "pudo sustraer el féretro antes de su incineración". En la misiva, con fecha 30 de diciembre de 2022, se plantea a la afectada que dispone de veinte días para comunicar al mencionado juzgado si desea denunciar los hechos. Confirma que lo hará. Ya ha remitido toda la documentación al juzgado y cursará denuncia ante la Policía Nacional".

"Estoy muy sorprendida e impotente", dice esta palentina afectada por la presunta macroestafa de la reutilización de casi 6.000 ataúdes por la funeraria El Salvador, una supuesta práctica ilegal que la policía cifra en 3,6 millones. Su madre falleció el 14 de enero de 2005. Todos los trámites se hicieron a través de una funeraria que tenía sede en la capital y que ya ha desparecido. Sin embargo, la incineración se produce en la provincia de Valladolid, concretamente en Santovenia de Pisuerga. Allí se incineró a la mujer que había ahorrado durante toda su vida para un funeral digno. Luego las cenizas se esparcieron por los entornos de la ermita de la Virgen del Rasero, en Cevico de la Torre.

Ahora, la hija de la fallecida se pregunta qué cenizas ha esparcido realmente ante la práctica ilegal del tanatorio. 18 años después de la incineración de su madre, falleció el 14 de enero de 2005 y fue incinerada al día siguiente, Marisa Trejo reconoce lo evidente: "Yo no me imaginaba que iba a estar en este caso. Estoy muy sorprendida e impotente. Es inhumano, es horroroso. Iré a la policía a denunciar".