Desigualdad como problema
Las claves del agricultor y miembro del Consejo Económico y social, Domiciano Pastor

Palencia
Temporalmente hablando la desigualdad va creciendo a partir de la década de los 80. Es como un gran disolvente de la cohesión social. Cuando es muy elevada esa desigualdad a modo de vaso conductor provoca malestar y resentimiento, que lleva aparejado autoritarismo político. Esta situación se acrecentó a partir de la crisis del 2008 y de cómo se han afrontado las consecuencias de esta.
Hoy en día se observan resentimientos en los segmentos de población que se quedan atrás en el reparto de la prosperidad por falta de ingresos y oportunidades.
Ante esta situación, el Estado tendrá que asumir nuevas funciones regulatorias en temas esenciales como energía, alimentación, vivienda y otras… a la vez que fortalecer los instrumentos que tenemos en pensiones, desempleo, educación, sanidad, dependencia, salario mínimo interprofesional, ingreso mínimo vital… así como crear algunas nuevas.
Frente a situaciones de incertidumbre como la actual hay que volver la mirada a políticas justas y sociales de reparto. El debate sobre la necesidad de un nuevo contrato social o de un pacto de rentas cada día se hace más necesario. ¡Buen fin de semana!




