La Unidad de Atención a la Mujer del HUBU cree que las medidas de Vox pro natalidad transmiten la idea de ''infantilizarla'' como si necesitara ser tutelada
El ginecólogo Abel Renuncio afirma que el anuncio del vicepresidente de la Junta de Castilla y León muestra un desconocimiento de la realidad de las mujeres que interrumpen su embarazo y del trabajo de los profesionales
Las medidas que quiere implantar Vox pretenden "infantilizar" a las mujeres, según Abel Renuncio
Burgos
Una medida desafortunada que refleja el desconocimiento de la realidad y transmite la idea de infantilización de la mujer como persona que precisa ser tutelada. Esta es la valoración del responsable de la Unidad de Atención a la Mujer del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), Abel Renuncio, vocal de la directiva de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), respecto al anuncio del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de implantar un protocolo de latido fetal y ecografías 4D para las gestantes.
Para el ginecólogo, estas supuestas medidas de fomento de la natalidad generarán más incertidumbre e inseguridad en las mujeres que optan por interrumpir su embarazo, cuando ya los profesionales hacen un asesoramiento adecuado para que tomen una decisión sin presiones.
Abel Renuncio considera que la mujer que ha decidido interrumpir su embarazo, rechazará la posibilidad de escuchar el latido del feto, que quizás solo le reporte la penalización social.
Advierte que una ecografía 4D no es útil en las primeras semanas del embarazo como herramienta diagnóstica, aunque sí es recomendable para detectar problemas posteriormente, pero asegura que es una tecnología que no está disponible para los profesionales en las consultas.
Abel Renuncio añade que estas medidas desvelan un desconocimiento de la realidad sobre el aborto y del trabajo de los profesionales, que sí echan en falta más recursos de apoyo sicológico a la mujer por las carencias en la atención a la salud mental del sistema. Sostiene que la administración no puede obligar a los médicos a ofrecer estos procedimientos a sus pacientes.
El ginecólogo del HUBU desmiente que el registro de objeción de conciencia sea una especie de ''lista negra'', como cree García-Gallardo, sino que es un instrumento muy útil para la gestión sanitaria en la organización de la actividad asistencial y evitar derivar procesos a la sanidad privada, cuando hay recursos suficientes en la pública.
Abel Renuncio considera que el protocolo en vigor sobre la interrupción del embarazo es muy garantista con la mujer y son innecesarias estas medidas que califica como desafortunadas.