Lorenzo Rivera, coordinador de Coag: “El campo no necesita ya más agua”

Tras prolongada sequía que puso en jaque a la agricultura y el abastecimiento en los pueblos, el agua sigue llenando ríos y embalses. Y es tanta que ahora no es buena para el campo, porque las tierras están anegadas y rebosantes y lo que hace falta es que escampe y llegue el frio para el cereal de invierno, según apunta el coordinador de Coag, Lorenzo Rivera, que asegura que las lluvias de diciembre fueron suficientes para el campo y lo que ha llegado después sobra. Que llueva es mejor que la sequía que se ha padecido, apunta Rivera, pero tanta agua no se puede aprovechar ahora ni para regadío y sólo beneficia a las hidroeléctricas.

Lo cierto es que, tras estar casi secos hace apenas un par de meses, ríos y arroyos siguen bajando con bastante caudal estos días lo que contribuye a que los embalses de referencia sigan cogiendo volumen. Curiosamente, a estas alturas, el año pasado había bastante menos agua.

En estos momentos, el embalse de Ricobayo se acerca al 65% de su capacidad y Cernadilla camina hacia el 80%, aunque tendrán que ir haciendo hueco para las nuevas lluvias y la nieve que se anuncian en estas fechas próximas. El gran embalse de Almendra, al sur de la provincia, ronda el 45% de su capacidad. Pero es que hace un año estos mismos embalses apenas habían empezado a llenarse. Tal es así que Ricobayo estaba en torno al 20% de su capacidad y Cernadilla sobre el 27%. Es decir, 3 veces menos que el agua que embalsan a estas alturas del año 2023. Algo similar ocurría con el caudal de los ríos: el Duero, por ejemplo, llevaba casi 10 veces menos agua que ahora.