El Santuario de El Henar traslada las reliquias de ocho beatos mártires
Uno de los jóvenes religiosos es el cuellarano Adalberto Vicente Muñoz. Sus restos llegaron al Santuario en la década de los 50 y ahora se trasladan del claustro a una zona privilegiada de la iglesia
Carlos García, rector del Santuario de El Henar, habla del traslado de las reliquias de ocho beatos mártires
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Cuéllar
Las reliquias de ocho beatos mártires carmelitas que se encuentran en el claustro del Santuario de El Henar se van a trasladar este sábado 21 de enero hasta una zona de la iglesia ante la presencia del Obispo de Segovia, César Franco. El rector del Santuario, Carlos Miguel García, considera que este será un momento para la historia del Santuario. "La idea es que son mártires ya beatificados, tienen el honor de los alteres y lo más lógico es que no estén en un lugar deshabitado como el claustro aunque antes estaban los Padres Carmelitas. Ahora se plantea su traslado a la iglesia para que familiares, amigos y fieles puedan rendirles homenaje y recuerdo", explica García.
Los ocho beatos pertenecían a la orden Carmelita e ingresaron en el Santuario de El Henar. Proceden de distintos puntos de Castilla y León entre ellos Burgos, Zamora y también de distintos lugares de Segovia. Uno de ellos, Adalberto Vicente Muñoz es originario de Cuéllar donde se mantiene su familia, al igual que Sor Martina Vázquez cuyos restos se encuentran a los pies del camarín de la Virgen. Otros dos de los beatos tienen relación con la cercana localidad de Vallelado.
García recuerda que el más mayor de los ocho tenía 20 años cuando fue asesinado y el menor 18 años. "Murieron perdonando a quienes les arrebataban la vida. Estaban haciendo estudios de Teología y Filosofía en el noviciado que la orden tiene en Onda, Castellón donde fueron apresados y trasladados a Madrid a las tapias del cementerio de Carabanchel", en 1936 donde fueron fusilados. Fueron beatificados en Tarragona en octubre de 2013. Sus restos fueron trasladados a El Henar en la década de los años 50 del siglo pasado y en 1981 se ubicaron en un sepulcro de piedra en el claustro. Ahora se darán sepultura a los pies de la iglesia debajo de un cuadro de la Virgen. Primero se trasladarán hasta el altar para oficiar la misa y después de una celebración sencilla y que se quiere sea austera y solemne se trasladarán a su lugar definitivo la lado de la puerta de salida del santuario.
