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El hospital de Burgos tiene averiado desde mayo un equipo para pruebas cardiacas de esfuerzo

Las citas de los pacientes están siendo anuladas

HUBU / Radio Castilla

Burgos

El Hospital Universitario de Burgos tiene averiado desde el pasado mes de mayo un equipo para la realización de pruebas de esfuerzo cardiacas. Roberto Gómez, uno de los pacientes que lo ha sufrido directamente, ha explicado a Cadena Ser Burgos que en marzo acudió a urgencias por una dolencia cardiaca. Le prescribieron una prueba de resistencia para diagnosticarle, pero le citaron para el 9 de enero, diez meses después. Sin embargo, un día antes le anularon la cita y le indicaron que la razón era que el aparato necesario para realizarla estaba averiado desde mayo y no se sabía cuándo podrían volver a disponer de este equipo.

Califica la situación de “bochornosa”. Sospecha que los que están esperando esta prueba ni siquiera figuran en lista de espera en su mayor parte. De hecho, en su caso no le han dado otra fecha, simplemente han anulado la cita. Desde la Plataforma por la Sanidad Pública, uno de sus portavoces, Pablo Oyagüez, facultativo también en el Hospital Universitario de Burgos, insiste en que el contrato con la concesionaria tiene muchas deficiencias. Sin embargo, sí contempla la obligación de reponer o reparar los equipos para que estén siempre a disposición de los sanitarios.

El contrato para la construcción mediante la fórmula de concesión por un grupo de empresas del Hospital de Burgos, su equipamiento tecnológico, con mantenimiento, reparación y reposición, además de la gestión de 14 servicios que se consideran no asistenciales, entre ellos limpieza, seguridad, esterilización e informática durante 35 años, ha sido objeto de una comisión de investigación en las Cortes de Castilla y León.

Desde la Gerencia del Hospital Universitario reconocen que en marzo del año pasado comunicaron a la concesionaria la necesidad de cambiar el aparato para pruebas de esfuerzo porque había quedado obsoleto. Dos meses después el equipo se averió y no ha vuelto a funcionar. Aseguran que han hecho todo lo que está en su mano para que se reponga, aunque hasta ahora sin éxito.

Oyagüez asegura que esta situación se está repitiendo con muchos equipos. Está convencido de que, además de la Gerencia del centro, la Consejería de Sanidad lo sabe y no está haciendo nada, aunque en el contrato también se contemplan estas situaciones como faltas muy graves, que incluso podrían llevar a la rescisión del contrato. De hecho, la Plataforma por la Sanidad Pública lleva años pidiendo esta rescisión y asegurando que supondría un ahorro notable para las arcas de la Junta de Castilla y León, que paga mensualmente un canon millonario a la concesionaria.

Insiste, en todo caso, en que los intereses de la administración y los de la concesionaria son contrapuestos, porque se trata de una empresa que se mueve por ánimo de lucro, como demuestran las decenas de litigios que tiene abiertos con la Junta de Castilla y León cada vez que hay algo que no conviene a sus expectativas de rentabilidad.

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