Estamos hartas de aguantar
La Firma de Charo Bueno
Estamos hartas de aguantar. La Firma de Charo Bueno
Palencia
Después de la polémica sobre el derecho al aborto en nuestra comunidad, que yo creo que no se ha terminado, esta semana pasada hemos asistido a otro despropósito, llevando al pleno municipal por parte de Vox y también con el apoyo del PP (que pretendían hacerlo a escondidas fuera del debate público) para colocar el crucifijo en el salón de Plenos del Ayuntamiento. Ni que decir tiene que hemos sido noticia y comentario en todos los informativos y objeto de risas en muchos ámbitos públicos.
Los argumentos de que son muchas las personas que se identifican con el sentido religioso no valen para este espacio, que les recuerdo que lo frecuentan los concejales y son 25 personas y decir que no interfiere en la actividad de la institución es tratar a la ciudadanía de ignorantes, tampoco interfiere colocar un gran cuadro de Mickey Mouse y ya sabemos que no es el lugar.
Yo particularmente ya empiezo a estar harta de la “religiosidad obligatoria” que sigue operando en las instituciones. Y me pregunto por qué después de más de 40 años de democracia y de que nuestra Constitución define a España como estado aconfesional, es decir fuera de las religiones, esto no se cumple en las instituciones.
Voy a poner unos ejemplos, aquí en nuestra ciudad y próximamente cuando llegue la fiesta de las Candelas, veremos una vez más al Sr. alcalde, representante de toda la ciudad, hacer peticiones a la Virgen y al resto de autoridades, acudir a los actos religiosos, no a título personal que estarían en su derecho de hacerlo, sino representando a toda la ciudadanía. Y pasa lo mismo con la presencia de autoridades en las procesiones y en celebraciones como San Antolín, donde seguimos viendo representantes de las instituciones en representación de toda la ciudad.
También veremos cuando llega la Semana Santa colgar de la fachada del Ayuntamiento los símbolos religiosos de todas las cofradías de la ciudad, mientras en la fachada de la Catedral, el edificio religioso más importante de la ciudad, no se coloca nada. Veremos también como se centralizan las celebraciones religiosas en la plaza Mayor, mientras apenas se utiliza la plaza de la Catedral, que sería el lugar más adecuado para hacerlo y además tiene mucho más espacio. Yo pienso que la presencia de símbolos religiosos en muchos espacios públicos, en muchas instituciones, la participación en las celebraciones religiosas de los representantes de la ciudad es un atentado contra los sentimientos laicos de las personas. Yo defiendo que en las instituciones de la ciudad podemos estar personas ateas, laicas, religiosas cristianas, evangélicas o de cualquier religión. Esa es la gran riqueza que debemos defender y para ello, tanto en los edificios como para las personas que están en las instituciones, sobran los crucifijos.
Hasta la próxima semana