Condena pactada para el sacerdote que abusó sexualmente de una arandina: no irá a prisión y participará en programas educativos

Aranda de Duero

No llegó a celebrarse el juicio contra el sacerdote acusado de abusos sexuales a una arandina: el reconocimiento de los delitos por los que ha sido procesado ha conducido a una condena pactada entre las partes, tanto el propio procesado como la Fiscalía y la acusación particular. También se ha pactado la suspensión de su entrada en prisión al no superar la condena los dos años de cárcel. Esta medida está condicionada a que participe en programas educativos sobre libertad sexual, no se aproxime ni se comunique con la víctima, ni reincida en sus delitos.

La condena se ha pactado siguiendo las directrices de la nueva ley integral de libertad sexual, aplicando las penas más favorables al reo, lo que explica en parte la diferencia entre los más de 14 años de cárcel que en principio solicitaba la Fiscalía, a la pena de dos años finalmente acordada.

Agresión, tocamientos e intento de violación

De esta forma se imponen dos condenas de seis meses de prisión por otros tantos delitos básicos de agresión sexual, uno por un episodio de tocamientos y contactos físicos no consentidos en el parque de la Virgen de las Viña y otro similar en su lugar de trabajo. A ello se añade otra condena de un año de cárcel por un intento de violación en el mismo ámbito laboral.

La condena pactada incluye la prohibición de acercarse a la víctima durante 32 años, ocho por cada delito, así como la imposición de siete años de libertad vigilada durante los que el penado tiene la obligación de comparecer ante el juez y estar localizable. Se fija el pago de 6.000 euros a la víctima en concepto de responsabilidad civil, tal y como solicitaba la Fiscalía. En cuanto al delito de acoso por haber llamado y mandado mensajes de forma insistente a la víctima, la pena de prisión solicitada ha cambiado por una multa calculada contando cuatro euros al día durante 6 meses.