Tiempos de elecciones en 2023

Aranda de Duero

Este año se abren los tiempos para elegir -decidir- pensar en lo que queremos que sea nuestro ayuntamiento y nuestro país. Yo ya no pongo la mano en el fuego, de partida, ni por los míos, porque tengo la ideas muy claras, después de los setenta años, sobre quiénes pertenecen a mi círculo ideológico o de gestión. Además, me dan mucho miedo las estafas electorales que se elaboran con esos idealismos falsos que ofrecen de todo: mercancía hueca, proyectos imposibles, mensajes vanos, símbolos sin contenido o devaluados, apropiaciones profundas acompañadas de imágenes enternecedoras que nos encarrilan a la nada. Y se utiliza la religión, los derechos humanos, las ONGs, para reforzar un programa que sabemos de antemano que no va a entrar en funcionamiento.

Y entonces, qué podemos hacer. Lo primero, es no caer en las trampas de los agoreros, de los que todo lo critican con eslóganes inservibles porque han quedado obsoletos antes de llevarse a la práctica. Voy a empezar hoy por la política en (de) España, en otras columnas llegaré a Aranda y la Ribera. Me pregunto y les pregunto: ¿Es malo que hayan aumentado los inscritos en la Seguridad Social? ¿Es negativo que aumente el salario mínimo? ¿Fueron malos, en su día, cuando la famosa pandemia, los ERTEs, las ayudas correspondientes…? ¿Han sido nefastos los veinte céntimos de ayuda a los carburantes? ¿Ha bajado la tensión en Cataluña? ¿El descenso del número de parados, llegando hoy a ser la cifra mayor de trabajadores en este país, es algo tan horripilante? ¿No es bueno que haya tantos contratos fijos? Entonces, por qué ese catastrofismo por parte del PP de Feijóo.

No quiero defender a Sánchez ni a su gobierno con UP, pero los hechos citados anteriormente en forma de pregunta no parecen sostener esos exabruptos de la oposición. Creo que es un buen momento para reflexionar.

Un saludo.