Nos damos un paseo por Valladolid en 1983

Valladolid

Si uno sintonizaba en febrero de 1983 el 90.9 de la FM había muchas posibilidades de toparse con 'Eres tú'. Nada que ver con Mocedades. Esta canción la interpretaba una joven cantante gallega llamada Luz Casal que, un año antes, había lanzado al mercado su primer disco. Y que estaba a punto de grabar su primer vídeo musical, un género de reciente creación al que se apuntaban todos los artistas desde que en 1981 una canal llamado MTV empezó a emitir en Estados Unidos. Verlo en España entonces era ciencia ficción.

Hablando de televisión, en el segundo mes de 1983 ya habían empezado las emisiones regulares del primer canal autonómico, Euskal Telebista. Los vascos ya tenían tele y, aquí, todavía no teníamos ni autonomía, porque nuestro estatuto fue aprobado por las Cortes Generales el 25 de febrero. En los dos canales de Radio Televisión Española, dirigidos por José María Calviño, faltaban pocas semanas para que Milikito debutar en solitario como Emilio Aragón con un programa de sketches llamado 'Ni en vivo ni en directo'.

Lo que entonces era igual que antes es que comprarse un producto de la marca Apple estaba al alcance de unos pocos. Una unidad del modelo Lisa .siglas de Local Integrated Software Architecture («Arquitectura de Software Integrada Localmente»), pero que también era el nombre de la primera hija de Steve Jobs, se podía adqurir por 1.983.000 pesetas. Para situarnos, el salario medio anual en España estaba en 1.400.000 pesetas.

Y con este breve contexto histórico-costumbrista, vamos al meollo del asunto. Este 2023 se cumplen 40 años de la entrada en vigor de la norma que dio legalidad a la autonomía de Castilla y León. Fue uno de los últimos en aprobarse y estuvo precedido por no pocas polémicas, incluidos amagos de algunos territorios que hubieran preferido fusionarse con Burkina-Faso antes que integrarse en un territorio que incluía a dos de los reinos históricos de nuestro país.

Con esta excusa hemos decidido acudir al magnífico contenido de los fondos del Archivo Municipal de Valladolid para poder recordar -lo que ya estaban por aquí en aquel momento- o conocer -los que entonces eran muy pequeños o no siquiera estaban en fase de borrador- cómo era nuestra ciudad en ese año. España, por cierto, acababa de decir adiós a 1982, en el que tuvimos un Campeonato Mundial de Fútbol que dejó en la capital del Pisuerga un nuevo estadio y un partido parado por un jeque kuwaití, y la oleada roja que llevó al PSOE a conseguir la mayoría absoluta que sirvió de arrastre en las municipales y autonómicas que se celebraron en 1983.

En la fotogalería que acompaña esta noticia podrán ver alguna imagen de la corporación municipal que tomó posesión y en la que repitió victoria el socialista Tomás Rodríguez Bolaños. También hay instantáneas del Consejo de Castilla y León, el antecedente de la Junta, el órgano que organizó el proceso de autonomía. E incluso de la constitución de la Federación Regional de Municipios y Provincias.

Algunos se sorprenderán al ver coches en la Plaza Mayor multados, no por circular por una zona peatonal, como sucedería ahora, si no por estacionar en un lugar indebido. O una hilera de automóviles aparcados entre la Acera de Recoletos y el Campo Grande, donde ahora hay canchas deportivas. Calles en obras -eso tampoco ha cambiado- pero en las que entonces se actuaba para asfaltar lo que eran viales de tierra. Público a rebosar en la Plaza Mayor sin superestrellas internacionales en el escenario y por ese mismo espacio, pero unos cuantos metros más arriba, lo que se movían no eran drones si no los arriesgados miembros de la troupe de Los Bordini, unos funambulistas que nos visitaban en fiestas. Fiestas que homenajeaban no a la Virgen de San Lorenzo, si no a San Mateo. Y ya que hablamos de fiestas, la de Villalar se celebró tanto en la capital con jotas y bailes tradicionales, como en la campa de la localidad comunera, porque el Estatuto reconocía el 23 de abril como la fiesta de Castilla y León.

Cuarenta años después ahora llegan noticias de recortes presupuestarios que pueden dificultar que Villalar viva una fiesta completa. Porque, tras cuatro décadas, hay cuestiones en las que algunos preferirían volver a lo que había antes de 1983. E incluso algo más atrás.