Vox estira su inaplicable protocolo antiaborto hasta el Congreso

Valladolid

Que Vox ha encontrado en el protocolo antiaborto un filón para incordiar al PP es algo que admite pocas dudas. En Vox son conscientes de la inviabilidad de lo que piden, pero también saben que su argumento extemporáneo convenientemente administrado les sirve de munición para ganar visibilidad sobre todo cuando las sombras de su escasa gestión se hacen muy evidentes.

Además, llegado el momento, la no aplicación del protocolo se incluirá en el paquete de motivos para deshacer el matrimonio de conveniencia que hasta la fecha continua su andadura atropellada a la espera del próximo calambrazo. El PP se afana sin éxito en diluir la polémica a partir del famoso anuncio tras el Consejo de Gobierno del pasado día 12 de enero, pero Vox tiene tomada la medida a la situación orquestada desde sus despachos de Madrid y defendida aquí con más intención que eficacia por su gallardo representante y vicepresidente de la Junta, incansable trabajador, que como todos sabemos se emplea a diario a fondo y sin escatimar esfuerzo alguno en defender los intereses de la Comunidad.