Devolviendo millones

Palencia

No se qué pensar, si es que nos sobra el dinero o nos falta un aguacero. La lluvia de millones que está llegando a España procedente de los fondos europeos es mareante. Cada día oímos hablar de miles de millones con su correspondiente montón de ceros. Pero no se sabe qué pasa en Palencia que nos da por devolverlos.

Hace pocos días perdimos un millón doscientos mil euros porque el proyecto de conexión de Jardinillos con la calle Mayor resultó tan ilusorio que, a pesar del tentador importe, ninguna empresa constructora se ofreció a contratarlo. Fracaso mayúsculo.

De nuevo, hace menos días se va a pique el proyecto Palencia Río, difundido con entusiasmo por el señor alcalde y compañía. Según lo presentaron se trataba de terminar de integrar el río en la trama urbana de la ciudad y les iba a quedar muy bonito. Ha llegado la Confederación Hidrográfica del Duero, autoridad competente, y no lo ha autorizado. Por tres razones, a saber: invade la zona de protección del cauce, produce una desnaturalización de las riberas del río y puede incrementar el riesgo de inundación. En resumen que el concejal de Urbanismo no ha dado pie con bola. Por una parte nos alegra el fracaso porque así no siguen destruyéndonos el Carrión. Lo malo es que tendremos que devolver otros dos millones de euros que se podrían haber proyectado para algún objetivo de verdadera utilidad para la ciudad y los palentinos. Suma y sigue.

Con esas mermas ya nos hemos quedado los últimos a la cola de la región, de modo que mientras Soria dispondrá de 356 euros por vecino, y Segovia 224 euros, los palentinos nos tendremos que conformar con unos 70 euros de inversión. Es decir, cinco veces menos que Soria y tres que Segovia. Un aplauso para el Ayuntamiento de Palencia por el buen tino que tiene para hacernos perder ingentes cantidades de dinero que hubieran podido ser destinadas a proyectos viables, bien redactados y bien informados en vez de elucubraciones irrealizables.

El dinero llega pero hay que elegir con esmero y con cabeza el destino, y poner empeño en su gestión para llevarlo a buen término. Qué menos podemos pedir a nuestros políticos locales