Villanueva de Valrojo: el Carnaval sin rostro
Vecinos de esta localidad de la Sierra de la Culebra se transforman durante las fechas de carnaval, poniendo sonido de cencerros y carreras por las calles al servicio de un antruejo secular y comunitario
Villanueva de Valrojo: el Carnaval sin rostro
En Villanueva de Valrojo, el carnaval suena a cencerros. Desde el domingo de comadres y compadres, los cintos de cencerros (unos 15 por cinturón y unos 10 kilos de peso por cada uno de los cinturones de cuero que llevan los enmascarados) son el sonido que anuncia la llegada de los carnavales. Personajes vestidos con trajes llamativos que ocultan su cuerpo, máscaras que les cubren la cara y utensilios para asustar, pellizcar o animar a emprender la carrera a quienes se encuentran en su camino, recorren el pueblo en los momentos más insospechados.
Cualquiera puede esconderse detrás de las máscaras y no darse a conocer es una de las claves del festejo, al igual que lo es adivinar quién se esconde tras de ellas. Dicen los vecinos de Villanueva de Valrojo que no suenan igual los cencerros en unos cuerpos que en otros, ni tampoco en gente del pueblo o forasteros. Tampoco se elige quien será carnaval o quien demonio, el personaje mejor pertrechado para asustar a los que se crucen con él y personaje fundamental en la noche del martes. Entre todos portan tenazas o escaleras, trallas de cuero, tornaderas. Debajo de cada máscara puede haber un hombre o una mujer, jóvenes o viejos, amigos o enemigos y la tradición manda que recorran todo el pueblo, si bien ya apenas quedan vecinos y las carreras se han reducido a las zonas más pobladas. También la presencia de turistas y medios de comunicación han conseguido amansar un poco a estos personajes de antruejo, que concentran sus carreras en los días señalados para dejarse ver con más facilidad, pero la esencia pide a los vecinos de Villanueva de Valrojo que a cualquier hora, con cualquier compañía, vayan al pajar (el almacén donde todos comparten sus trajes, máscaras y aperos, además de sus cencerros ) y dejen dentro su vergüenza o su identidad para correr por las calles como si todos fueran el mismo espíritu de este carnaval comunal.
Dicen los vecinos que los cencerros suenan distintos en el pueblo. Mezclan graves y agudos, hembras y machos, pequeños y grandes para conseguir que suenen a Carnaval. Incluso hay quien dice que, de niña, el arroyo que pasaba junto a su casa le sonaba a cencerro. Sirven para asustar y hacen esconderse a los que tienen miedo. Y sin embargo, una vez que alguien se cuelga de la cintura sus primeros cencerros y oculta su rostro, pierde el miedo y la vergüenza y se convierte en parte de un espíritu colectivo: el del carnaval de Villanueva de Valrojo.