¿Qué piensa la gente de Aranda sobre la nueva rotonda de La Cadena?

Aranda de Duero

No lleva más de dos semanas desde que fuera pintada, pero ha sido ya objeto de muchos comentarios y, a decir verdad, críticas. La nueva rotonda de la Plaza de la Cadena ha llegado -parece- para quedarse. Se ha creado según explicaba el consistorio para "regular y mejorar el tráfico en la confluencia de este nudo de calles", pero muchos vecinos pensaron -equivocadamente- que con ella se pondría fin a los semáforos de la zona. Ambos convivirán en este espacio.

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En los primeros días, dado que varias señales y barreras se colocaron para acostumbrar -y obligar- a los conductores a hacer la rotonda, se vieron imágenes insólitas para que camiones o autobuses pudieran girar. Ahora, esas barreras presenciales se han introducido en el centro del círculo para dejar más margen de maniobra, y se unen a las que se han puesto en el final de la calle Burgo de Osma, que se ha quedado en un solo carril para obligar al giro y que sin embargo ha generado más de un quebradero de cabeza a las ambulancias, atascadas entre coches en el correspondiente semáforo. A ello cabe añadir los atascos que se han generado jornadas como la del pasado viernes.

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¿Qué piensan los arandinos sobre esta rotonda?

Aunque los comentarios generalmente en redes son negativos, a pie de esta nueva infraestructura las apreciaciones son diversas. Van desde los "a mí qué me importa, no tengo coche", a quienes se mojan entendiendo que "es muy reducido el espacio", pasando por algún vecino que ve bien la idea "porque esta zona tiene mucho tráfico", aunque "con los semáforos igual ya era suficiente".

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Y es que el comentario genérico de muchos vecinos es que "es mejor tener una sola cosa". "O rotonda o semáforo", dice otro arandino, entre que uno de los técnicos encargados de la idea ha preferido declinar la invitación a hablar. Tanta carga puede ser reiterativa... Entonces, ¿qué sentido tiene? Sea como sea, su verdadero uso se pondrá de manifiesto en unas semanas, cuando empiecen las obras del Puente Bigar. El Puente Mayor y esta zona soportarán todo el tráfico urbano que cruce las dos orillas del Duero. Puede ser un caos, pero también una oportunidad para demostrar que la rotonda es efectiva.