Sí, soy feminista
La Firma de Eva Calleja
"Sí, soy feminista", la Firma de Eva Calleja
03:01
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1678191432355/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Palencia
Las palabras son importantes. Saben que soy una enamorada de las palabras, las palabras que nos ayudan a definir la realidad pero que, en ocasiones, se desvirtúan por su uso, se intoxican, dejan de ser lo que inicialmente eran para convertirse en otra cosa.
Vayamos al diccionario de la Real Academia de la Lengua, para buscar el significado de la palabra “FEMINISMO”. Dice: “ doctrina social favorable a la mujer, a quién concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.”
Es necesario volver a esta definición original porque la palabra feminismo es una de esas que se ha traído y llevado, arrastrado, mal-usado con lo que ha perdido su esencia. Y desde luego y atendiendo a ella me declaro, por supuesto, feminista. Creo, firmemente, en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Sin más.
Y en estas horas previas al 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer, quiero traer hoy aquí el nombre de algunas mujeres españolas esenciales en la consecución de la igualdad en derechos. Hablemos de ellas.
Concepción Arenal considerada la madre del feminismo en nuestro país. Sus inquietudes intelectuales le llevaron a comenzar Derecho en la Universidad Central de Madrid, para lo que tuvo que vestir con ropa de hombre, ya que el acceso a la Universidad estaba vedado a las mujeres.
Clara Campoamor. Hasta 1931 las españolas podían ser elegidas pero no tenían derecho al voto. La abogada, y activista feminista, Clara Campoamor acabó con esa discriminación por primera vez en la historia. Consiguió que la Constitución republicana de 1931 reconociera el derecho al voto de todas las mujeres. Un paso esencial.
Emilia Pardo Bazán. Su faceta más decididamente progresista fue su constante y activa preocupación por la promoción social y cultural de la mujer. Toda su obra esta impregnada por la firme creencia y defensa de que para poder elevar la posición de la mujer en la sociedad tiene que tener acceso a la educación.
Y tantas y tantas que a lo largo de la historia defendieron y consiguieron derechos que ahora nos parecen normales pero que en su día hubo que pelear a conciencia. Y tantas y tantas que desde su pequeña realidad modificaron tantas cosas desde tantos lugares. Referentes para todas las demás que seguimos su senda.
El camino aún es largo y ha de seguir recorriéndose desde la educación como herramienta clave y desde la legislación como instrumento básico.
Mañana alzaremos nuestras voces para acabar con la desigualdad aún presente, para acabar con la violencia contra la mujer, para erradicar micromachismos que aún impregnan nuestro día a día.
Soy mujer y soy exactamente igual en derechos a los hombres. Soy mujer y cada día trato de que eso se cumpla, de que esa igualdad se convierta en algo real no en algo que solo sujete el papel y no el día a día.
Para ello necesito la suma de todas las personas, hombres y mujeres. Esto es tarea del conjunto de la sociedad.