Peñaranda de Duero

En 2024 podríamos ver convertido el palacio de Avellaneda en un hotel termal de cinco estrellas. Este edificio histórico albergaba esta mañana el acto de otorgamiento por el que culmina el proceso administrativo iniciado el año pasado por la Junta de Castilla y León a petición de Castilla Termal para concederle el uso privativo de este bien de dominio público para un proyecto de explotación hostelera de de muy similares características que los que abierto este grupo en otros enclaves como El Burgo de Osma, el monasterio de Valbuena y Olmedo.

El palacio peñarandino, declarado Bien de Interés Cultural en 1923, se convertirá en el sexto hotel de la cadena. Contará con 78 habitaciones, área termal, espacio para eventos y diferentes zonas de restauración con distintas propuestas gastronómicas. La empresa viene repitiendo desde sus inicios este mismo modelo de negocio, combinando patrimonio histórico con el agua como recurso para atraer turismo de alta gama. “Nuestro negocio está basado por un lado en el patrimonio, por otro lado en el agua, en el mundo del bienestar, y creo que es un concepto donde se puede crecer y se puede hacer mucho más en esta tierra y nuestro compromiso va por ahí”, explica el presidente de Castilla Termal, Roberto García.

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La explotación que le concede la administración regional, titular de este edificio, tendrá una vigencia de 50 años, con prórrogas hasta los 75.

Un día "histórico"

Este acto, que contaba con la presencia del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, lo abría el alcalde de Peñaranda, que calificaba este 13 de marzo de 2022 como “un día histórico”. Fernando Rioja felicitaba a la administración regional por este proceso, que considera que va a tener para este municipio y el resto de la comarca, una repercusión muy positiva. “Va a ser una oportunidad enorme de que Peñaranda se convierta en una referencia en esta comunidad autónoma; así si se hacen las cosas: esto es dar una oportunidad a los territorios, esto va a dar una oportunidad a esta provincia”, expresaba, emocionado, el primer edil peñarandino.

La cadena tiene prevista una inversión de 12 millones de euros en las obras que convertirán al palacio en un hotel termal de referencia internacional y espera dar empleo a cerca de 80 personas, la mayoría de ellas procedentes del entorno en el que se asienta la construcción.

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Con esta reconversión en hotel, muchas de las salas históricas serán convertidas en suites, como el Salón de Embajadores, que se transformará en una suite de cerca de 140 metros cuadrados. “El Palacio de Avellaneda se transformará, por su tamaño, sus características históricas, artísticas y arquitectónicas y por la apuesta sostenible y de bienestar integral que va a realizar Castilla Termal en uno de los establecimientos más atractivos y singulares del sector hotelero a nivel internacional”, expresan los responsables de esta cadena hostelera.