Las campanas que dividen a un barrio de Béjar
El sonido de la torre del reloj de la iglesia del barrio de Los Praos- Recreo produce sensaciones encontradas entre los vecinos.
La Iglesia de el Pilar y San José, junto con la torre del reloj que reside al lado del templo han sido testigos de la evolución y crecimiento de la barriada de Los Praos- Recreo. Situado en el paraje de Monte Mario desde casi 50 años, el templo sigue coronando la colina mientras a su vertiente norte, el barrio aumentaba su tamaño, haciendo que las edificaciones de viviendas llegaran al pie del montículo.
Esa cercanía al reloj ha llevado durante los últimos años a pedir a los vecinos de las casas colindantes la insonorización de las campanas, que cada quince minutos marcan los diferentes cuartos y, como es preceptivo, son antesala de las campanas que indican cada hora del día. Los afectados aseguran que este continuo repicar causa molestias “sobre todo por la noche o en verano que no puedes tener las ventanas abiertas”.
Esta problemática ha vuelto al foco de la actualidad bejarana tras hacerse público un escrito procedente de la Alcaldía de la ciudad textil, donde se solicitaba al Obispado de Plasencia, propietario del inmueble a insonorizar dicho espacio y a restringir su funcionamiento, estando el sonido activo entre las entre las 8:00 y las 22:00 horas debido “las peticiones realizadas por vecinos residentes en la calle Obispo Zarranz y Pueyo ante las molestias ocasionadas”.
Sin embargo, tanto el Obispado como la Asociación de Vecinos del barrio, han mostrado su disconformidad e instan al consistorio “demostrar con informes que se superan los decibelios marcados por la normativa vigente dentro de las casas de los afectados” y que, llegado el caso,, “si hay que quitar el sonido se quitará”. Una postura que cuenta con el apoyo mayoritario de los vecinos, que consideran “un símbolo” de esta barriada “y que estaba ya antes de que se hicieran las casas” argumentan algunos de ellos.
Por su parte, el Ayuntamiento de Béjar, que indica que han recibido más de 200 firmas solicitando el cese de las campanas (mientras que la población residente en esta parte de la ciudad se acerca a los 5.000 habitantes), en palabras del alcalde, Antonio Cámara, explica que lo primero es “dirimir si se superan los decibelios y aclarar bien donde se debe realizar, quien la tiene que hacer y cómo se tiene que llevar a cabo esta medición”. El regidor socialista hace un llamamiento a la calma “ que reine el sosiego y tratar de llegar a un acuerdo común. Sabemos que existe una división de opiniones que vamos a tratar de armonizar”. A todo esto la polémica ha saltado del ámbito local y este asunto se ha tratado ya en medios de ámbito nacional.