La placa base
La Firma de Elisa Docio
"La placa base", la Firma de Elisa Docio
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Palencia
Hoy toca tema práctico.
Una de las peores noticias que te pueden dar cuando falla un electrodoméstico grande es que oigas: es la placa base. Adiós. Prepara la cartera. Se aproxima inversión importante.
Hace un par de meses me ocurrió con el frigorífico. Se paró, vino el técnico, cobró la visita y sentenció: es la placa base, no hay repuesto, tírelo y compre un nuevo. Casi me da un yuyu. Mi hermoso frigorífico americano que costó un ojo de la cara, que está nuevo por dentro y por fuera, y tan acomodado en mi cocina. Durante unas horas estuve dándole vueltas, no solo por el desembolso que se me venía encima y la reorganización del mobiliario, que también, sino porque no era capaz de imaginar a donde iría a parar ese montón, 120 kilos de chatarra, plásticos, gases y electrónica. Ya me imaginaba unos niños medio vestidos, medio descalzos sobre un montón de lavadoras arrojadas en cualquier vertedero del tercer mundo. Me invadió la conciencia medioambiental, maldije la artimaña de la obsolescencia programada.
Me empollé todo lo relativo a placas base, que resultan ser el cerebro del aparato, y me encontré con que tienen reparación, que aquí o en la ciudad vecina hay quien las repara por unos cien euros. Busqué el contacto, nos explicó como extraerla, la desmontamos se la llevamos y en dos horas volvíamos a casa con ella. Que si la fuente de alimentación, que si el condensador, lo cierto es que el estupendo frigorífico sigue insertado en mi cocina tan ricamente. El mes pasado nos pasó otra parecida con la caldera de la calefacción y su placa base. Ante la inoperancia mayúscula del servicio técnico oficial volvimos a la solución anterior.
En Suecia, país de políticas medioambientales avanzadas, se rebaja el IVA del 25% al 12% y se puede desgravar en el IRPF el 50% del coste de las reparaciones. Por su parte, la Unión Europea exige a los fabricantes de electrodomésticos que garanticen piezas de sustitución durante los diez años siguientes a su fabricación. Pero lo que se debiera hacer es prohibir rotundamente ponerles un reloj temporizador para que dejen de funcionar en una fecha determinada estando completamente nuevos. Repara en vez de desechar. El planeta lo agradecerá, los países vertedero también, los usuarios no digamos.