Aranda, una ciudad de cine: todo a la vez en todas partes
Entre lo que Aranda es y quiere ser, entre lo que cada partido político aspira a hacer en cuanto comience a gobernar todo hace pensar que va a convertirse en breve en la mejor ciudad del mundo

Aranda de Duero
Por si no hubiera sido suficiente con haber sido durante tres años Ciudad Europea del Vino, Aranda parece haber decidido subirse a la élite de esa aristocracia que en lugar de tarjeta de visita necesitaba todo un tablón de anuncios para que cupiera el rancio abolengo de su cantidad de apellidos. Solo en los últimos días hemos contado, o contaremos, que Aranda aspira a ser Ciudad de la Formación Profesional, ciudad cardiosaludable, ciudad que educa en medioambiente y que quiere convertirse en ciudad de la música.
Sumemos a eso que no hay metro cuadrado del centro de la villa y también de algunos barrios (en este caso menos, porque la periferia no casa bien con el concepto aristocracia) que no esté en obras o en perspectiva de estarlo. Por no hablar de los fabulosos planes de futuro que algunos partidos anuncian para el mismo momento en que se constituya el nuevo ayuntamiento en junio: viveros de empresas y artistas, apertura con un horario holgado de locales municipales, mucho mimo para cuidar a los jóvenes, concejalías nuevas, planes para el comercio, para el turismo, eso sí, todos ellos “integrales”, que la harina refinada no es saludable.
Una se pregunta cómo no se le habrá ocurrido antes a nadie tal cantidad de cosas buenas, con lo bonito que suena y lo necesario que es. Que llevamos décadas de letargo en esta ciudad y esta primavera postpandemia parece estar obrando el milagro.
A este paso a la aristócrata Aranda habrá que sumarle un apellido más, porque está haciendo todos los méritos para ser la ciudad del cine: ha pasado en pocos meses del “Nunca pasa nada” al “Todo a la vez en todas partes”.

Elena Lastra
Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora de 'Hoy por Hoy Aranda'




