Un siglo de la entrada en servicio del pantano de Cervera
En abril de 1923 empezó a funcionar la presa de Ruesga, primer embalse que construyó el Estado español en la Cuenca Hidrográfica del Duero
Palencia
Hace justo ahora un siglo, abril de 1923, empezó a prestar servicio el primer gran embalse que se construyó en la Cuenca Hidrográfico del Duero, el de Cervera de Pisuerga, también conocido como embalse de Ruesga, por la pequeña localidad de la Montaña Palentina que se sitúa a los pies de esta obra de ingeniería pionera. Hablar, sin embargo, de “gran embalse” para referirse al pantano de Cervera parece hoy casi una exageración, habida cuenta de que su capacidad de 10 hectómetros cúbicos palidece ante el conjunto del sistema Pisuerga del que forma parte, junto a las posteriores construcciones del embalse de La Requejada (1940) y Aguilar de Campoo (1963), cuya capacidad total supera los 315 hectómetros cúbicos. Este sistema resulta fundamental no sólo para garantizar la regulación hidráulica del Pisuerga y el abastecimiento de agua a la población, sino también para el riego de cultivos en la zona oriental de la provincia de Palencia.
ASAJA-Palencia quiere aprovechar este centenario para recordar la importancia de estas grandes infraestructuras hidráulicas, así como para valorar la visión a largo plazo que en su momento mostraron los españoles que las impulsaron, venciendo también no pocas resistencias en su época.
Según explica en su web la Confederación Hidrográfica del Duero, responsable de la gestión del embalse de Cervera, este primer pantano construido en esta cuenca por el Estado de España nació con la misión fundamental de asegurar el abastecimiento de aguas a otra infraestructura pionera de la ingeniería hispana: el Canal de Castilla. Posteriormente, otros dos pantanos más modernos se sumaron a ese objetivo original: La Requejada, aguas arriba (apenas a quince kilómetros del nacimiento del Pisuerga); y Aguilar, que entró en servicio el día de San Antolín de 1964.
Con una capacidad de tanto solo diez millones de metros cúbicos, el embalse de Cervera-Ruesga es el decano de toda la cuenca del Duero pero el de menor capacidad, si se exceptúa El Pontón Alto (7 hectómetros cúbicos) que desde su construcción (1993) se destina en exclusiva a abastecer de agua potable a la ciudad de Segovia. El pantano de Cervera se alimenta del río Rivera, afluente del Pisuerga, y posee una presa de ciento treinta metros de largo, con una altura de poco más de treinta sobre el cauce, a los que se añaden otros seis de cimentación. En la construcción, efectuada bajo el proyecto de Francisco Panella Miota, se emplearon unos cuarenta mil metros cúbicos de hormigón. Se trata de una presa de las llamadas de gravedad en planta curva.
BELLO PAISAJE
Para la mayoría de los palentinos, la estampa de este embalse está asociada al Parador Nacional de Fuentes Carrionas, emblemática infraestructura hotelera de la provincia que ofrece al visitante unas magníficas panorámicas de esa zona de la Montaña Palentina, con Peña Almonga y Peña Redonda escoltando la masa de agua del vaso del embalse. De hecho, la incorporación de los embalses más modernos y capaces de La Requejada y Aguilar han acentuado el carácter turístico del pantano de Cervera, si bien se mantiene operativo para sus funciones estrictamente hidrológicas. En sus aguas se permiten casi todos los deportes náuticos, excepto la navegación a motor, así como el baño público y otras actividades de ocio, ya que dispone de zonas de servicios y acampada controlada.
Pero ASAJA-Palencia quiere aprovechar este centenario de la entrada en servicio de aquel pequeño embalse para subrayar la importancia que poseen estas grandes infraestructuras hidráulicas no solo para la población en general, sino también para los profesionales agropecuarios y, en especial, para los cultivos de regadío. En ese sentido, la organización profesional también valora en esta efeméride la visión a largo plazo que en su momento mostraron los dirigentes españoles que las impulsan en cada momento, venciendo no pocas resistencias de la sociedad, entonces y ahora.
PRADERAS SUMERGIDAS
Asimismo, ASAJA-Palencia reconoce el coste no sólo económico de esas obras emprendidas pensando en el bien común, como el sacrificio que supuso para generaciones anteriores, que perdieron sus raíces, algo que refleja desde su mismo título el reciente libro En memoria de las praderas sumergidas. Historia de los pantanos de Palencia, del ingeniero palentino José Javier Ruiz Monge, un documentado e interesantísimo trabajo para conocer la historia de los embalses de la provincia de Palencia, tanto de los que se construyeron como de aquellos que se quedaron en mero proyecto.
En esa historia, pese a que su capacidad se viera superada por los pantanos posteriores, el embalse de Cervera-Ruesga puede considerarse un primer hito para la paulatina extensión de los cultivos de regadío en la provincia de Palencia, que cuenta en la actualidad con unas 66.000 hectáreas entre ambos sistemas (Carrión y Pisuerga). ASAJA viene defendiendo que hay que aumentar el almacenamiento de agua mediante nuevos embalses o recreciendo los actuales. Así se han expresado reiteradamente sus dirigentes provinciales y regionales, reclamando cambiar totalmente el rumbo actual del Ministerio para la Transición Ecológica y de la Confederación Hidrográfica del Duero.
VAN A DAR A LA MAR
En palabras de Donaciano Dujo, presidente de ASAJA-Castilla y León, «viendo cómo el agua es un bien tan necesario no solo para agricultura y la ganadería, sino para la industria y la sociedad en general, se puede tener en verano siempre que se almacene en invierno, porque es lamentable que en pleno siglo XXI se vayan millones y millones de metros cúbicos al mar en invierno cuando se necesitan en verano».
Apenas el 15% por ciento de la superficie agraria de Castilla y León es de regadío, ocho puntos menos que la media nacional y, paradójicamente, lejos de comunidades de la llamada España seca, como Andalucía (28%). Nuestra comunidad cuenta con 550.000 hectáreas de regadío con concesión (unas 120.000 ha se nutren de pozos y unas 430.000 ha de canales que transportan el agua procedente de embalses). De esta segunda tipología tienen pendiente su modernización unas 120.000 ha, más de 20.000 ha solo en la provincia de Palencia. Por eso, ASAJA considera urgente, para situar a Castilla y León en la media nacional del 23% de terrenos de regadío, un impulso a las inversiones en modernización.
FIJAR POBLACIÓN
Desde la organización profesional agraria se viene demandando un plan hidrológico nacional que cambie la actual visión, para aumentar la capacidad de regadío, la producción, el empleo y crear riqueza en el medio rural, aspectos que redundarían en poner freno a la despoblación en ese ámbito. En la última década, Castilla y León ha incorporado cerca de 78.000 hectáreas a la agricultura de regadío, zonas donde la edad media de la población se sitúa por debajo de los 45 años, quince menos que la del sector en general.
La comunidad es la tercera que incorporó más hectáreas en este tiempo (2011-2021), por detrás de Andalucía (+130.000 ha), primera región de España que ha superado el millón de hectáreas de regadío, y de Castilla-La Mancha (+104.000 ha), que supera en superficie de regadío (582.000 ha) a Castilla y León, pese a poseer menos territorio y peor régimen de precipitaciones. Las provincias de Valladolid y León absorbieron en esta última década más de la mitad de la nueva superficie de regadío de la región. Con 24.000 y 19.000 nuevas hectáreas, rondan las 102.000 y 127.000 hectáreas de regadío, respectivamente. La provincia de Palencia apenas incorporó mil nuevas hectáreas en ese periodo 2011-2021. Se ve que haber sido pioneros en disponer de un embalse en la cuenca del Duero no sirve hoy de mucho para avanzar en ese terreno… en el terreno efectivamente regable, sin tener que mirar al cielo y los partes de la situación de los embalses que publica la Confederación.