Vecinos y vecinas

Palencia

Esta semana estamos de fiestas en el Barrio del Cristo, un barrio muy peculiar, en su arquitectura con casas molineras, pero también con identidad propia, en el barrio nos conocemos casi toda la gente, conocemos a las familias, nos saludamos por el nombre o por el apodo, ha sido y es como un pueblo dentro de la capital.

Ser vecinos y vecinas en el barrio del Cristo significa algo grande, en muchos casos algo mucho más importante que la familia, porque estaban cerca en los momentos que había que trabajar y cerca también en los buenos momentos cuando había que celebrar.

Desde sus inicios, la colaboración y la ayuda entre las personas era imprescindible en el Barrio del Cristo, nos situamos en sus comienzos, con personas humildes, de clase trabajadora, venidas de los pueblos que tenían que construir sus propias casas y con muy pocos recursos. Hacer los adobes, echar el tejado antes de anochecer, entonces se necesitaban todas las manos, toda la ayuda posible de los vecinos, con sus oficios y sus habilidades, colocar las tejas, las ventanas, poner los cables de la luz y la tubería del agua. Pero también de las vecinas, para cuidar y atender a los niños y niñas, compartir labores y costuras y en los momentos difíciles, donde no llegaba la paga semanal, sin decir nada, poniendo más patatas en el puchero para comer todos caliente.

Vecinos y vecinas en el Cristo significaba las puertas de las casas abiertas, meriendas y juegos en la calle, tardes a la fresca de tertulias, comentarios, opiniones y alegrías.

De esta forma de ser vecinos y vecinas en el Barrio del Cristo, nació al final de los años 70 la Asociación de Vecinos para pedir mejoras en el barrio, más servicios, salir del abandono que sufría el barrio y que se nos tenga en cuenta. El barrio del Cristo, peleón y reivindicativo, también es capaz de vivir los buenos momentos y compartir la fiesta con toda la ciudad.

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Tenemos nueva junta de la Asociación de Vecinos y muchas ganas de vivir las fiestas, como el pregón popular de nuestro vecino Vicente Ayuso, el Cristo de la Alegría a la señora Sebastiana, que tiene 100 años y lleva 75 viviendo en el Barrio. Pero también hay ganas de vivir las fiestas con los vecinos y vecinas, se han hecho 2.500 pañuelos y ya es difícil encontrarlos, 8 equipos en el torneo de fútbol-7, más de 40 personas participando en los juegos de los bolos y de la rana.

Para terminar, como dijo el pregonero, lo más importante del Cristo, son los vecinos y las vecinas. Compartimos las fiestas con toda la ciudad y como cada año, os esperamos en las verbenas y en la pedrea del pan y quesillo.

Orgullosa de ser del barrio del Cristo ¡Viva Santo Toribio!