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El cambio de entrenador y sus dudosos efectos

La Cultural se ha resistido a una moda en la 1RFEF que ha llevado a clubes como el Linense a colocar a tres técnicos al frente

Basadre será el tercer entrenador de la "Balona" en la presente campaña

León

Con la destitución de Germán Crespo como entrenador del Córdoba, con el que en octubre había renovado hasta 2026, más de la mitad los clubes que componen el grupo 1 de la Primera Federación decidió en algún momento de la liga cambiar de técnico. Incluso varios de ellos van por su tercera o cuarta apuesta dentro de una misma campaña. De esta tendencia decidió escapar la Cultural, a pesar de la presión externa que ha apuntado directamente a Eduardo Docampo como principal responsable de la peor racha del cuadro leonés en décadas y décadas. Sin embargo, en parte por sus propios precedentes y por el crédito (y colchón de puntos) que se labró el vasco durante una fase de la competición, la dirección está dispuesta a cerrar el ejercicio sin cambios drásticos, salvo un cataclismo imprevisto, como improbable es la continuidad de Docampo a partir del 30 de junio. Dicho lo cual, ¿hay efecto positivo en el cambio de entrenador?

Antes que el Córdoba dieron el paso el Deportivo, el Rayo Majadahonda, el Ceuta, el Talavera, la UD Sanse, el Badajoz, el Fuenlabrada, el Unionistas, el San Fernando, el Pontevedra y esta misma semana el Linense, que presentará el domingo en el Reino de León a su tercer técnico. Víctor Basadre releva a Rafa Escobar, que antes hizo lo propio con Alberto Monteagudo. A pesar de la reacción inicial (con Escobar ganó los dos primeros partidos, uno de ellos a la Cultural), las urgencias han vuelto a la "Balona", de nuevo en descenso. Y es que cuando las llamas del infierno aprietan siempre se rompe la cuerda por el lado más débil. Que se lo digan al San Fernando (Nacho Castro-Salva Ballesta-Pedro Ríos-Pablo Alfaro), al Pontevedra (Toni Fernández-Toni Otero-Juan Señor) o al CD Badajoz (Isaac Jové-José María Salmerón-David Tenorio).

En el polo apuesto se encuentra la AD Ceuta, camino de una remontada para la historia de la mano de Juan José Romero, a pesar de un pésimo desembarco (1 victoria y 6 derrotas) al que Rodri Ríos en primera persona empezó a dar vida hasta situarse en la actualidad a un punto de la salvación tras iniciar la segunda manga a catorce. Y qué decir del Unionistas que hace dos meses apostó por el "novato" Daniel Ponz para escapar de la quema. El resultado, cinco triunfos en siete jornadas, la permanencia encarrilada y licencia para soñar con una plaza de Copa del Rey.

Además de la Cultural, la liga puso a prueba de bomba la paciencia de los dirigentes de Celta B, que en diciembre coqueteaba con la zona de descenso y ya es un firme candidato a jugar el play-off de ascenso, o el Algeciras, cuyo técnico Iván Ania tiene como principal aval un contrato que le une al club rojiblanco hasta 2025. Tampoco han variado el rumbo inicial Alcorcón, Castilla, Racing de Ferrol, Linares y Mérida.

Tarsi y su "final"

La Cultural mira a su ombligo, pero, opina Tarsi Aguado, "no creo mucho en ese efecto. Todos querrán demostrarle en una semana que puede jugar. El problema de esta semana será que no sabes qué Balona te vas a encontrar, pero jugamos en el Reino y tenemos ganas de volver a ganar". El medio navarro, que este jueves recibió el premio como mejor jugador del último mes, habla del próximo duelo "como una final porque es el siguiente, porque ganar te vuelve a dar confianza y más alegría". La pócima de Tarsi para reencontrarse con los resultados en el Reino, "transmitir desde el inicio al aficionado el hambre que tenemos de sacar la victoria".

Tarsi Aguado, sobre el Cultural-Linense