Cabezón avanza en la construcción de un nuevo puente sobre el Pisuerga

Valladolid

Desde que en 2015 parte del puente de Cabezón de Pisuerga se viniera abajo, los vecinos han luchado por tener un nuevo paso sobre el río que le ahorrara a la histórica infraestructura el pesado trabajo de soportar un tráfico rodado que, a la vista de los hechos, hace mella en él. De hecho, esa fue su principal reivindicación, unida a que el viejo puente dejara de albergar el paso de camiones, algo que lleva unos años prohibido pero que, ahora ye de manera anecdótica, sigue ocurriendo.

Los pasos han sido muy lentos pero al fin se ha dado el pistoletazo de salida para que se levante una nueva infraestructura. Superados los problemas iniciales sobre la cesión de parcelas, ahora la Junta ya tiene quien redacte el proyecto del nuevo puente de Cabezón. Se ha adjudicado esa redacción a Arenas y Asociados por 94.000 euros y ahora tienen 10 meses para diseñar ese nuevo paso sobre el Pisuerga.

Una buena noticia para la Plataforma Cabezón con su puente. Su portavoz, Jesús Montero, asegura que "la Dirección General de Carreteras se comprometió a ese nuevo puente y los plazos se están cumpliendo, incluso se han adelantado un par de meses para la adjudicación del proyecto constructivo". Esa celeridad alcanzada ahora llena de esperanza a los vecinos que, ahora sí, "empieza a creerse de verdad que Cabezón va a tener un nuevo puente".

Lo previsto desde el gobierno autonómico es que en 2028 la nueva infraestructura ya esté lista, aunque el propio Montero advierte de que el dinero comprometido para 2025 es de un millón de euros, pero a partir de ese momento hay cierta incertidumbre en torno a la obra: "Esperemos que esto se cumpla, porque hasta ahí la Dirección General de Carreteras aseguró el presupuesto, pero a partir de cuando comiencen las obras empezará otra pelea".

Unos meses de aislamiento

El camino recorrido hasta ahora no ha estado exento de problemas. El puente viejo tuvo que ser cortado para acometer una profunda rehabilitación que frenara el deterioro acumulado tras la primera reparación provocada por el derrumbe de 2015. Las obras de urgencia, presupuestadas para 2019, no arrancaron hasta abril de 2022, provocando serios problemas de comunicación en un pueblo que tienen todos sus servicios repartidos entre las dos mitades que separa el Pisuerga.

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El médico o los clubes deportivos del pueblo quedaron inaccesibles para una parte de la población, lo que obligaba a los usuarios a depender de un servicio de lanzadera que cubría una distancia de más de 30 kilómetros entra una parte y otra.