Aranda se vuelca con la cultura en la Noche de Ronda

Aranda de Duero

Quedaba mucho para empezar la noche, pero qué importa un nombre. La Noche de Ronda ya bullía en Aranda desde antes de las cinco de la tarde, cuando el público comenzó a fluir hacia el Museo de Cerámica, el espacio que estrenaba esta programación cultural de primavera.

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Aranda se disponía ya desde primera hora de la tarde a disfrutar con la pasión que suele de la cultura en todas sus variantes, desde la música a la historia, la creación plástica, la poesía, la danza, el teatro o la riqueza patrimonial y ¿por qué no? también de una noche de ocio y convivencia en la calle. Ya que no llueve, disfrutemos del aire libre con temperaturas agradables y hasta el alivio de la frescura final

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Y a la calle se echaron miles de personas recorriendo como en un peregrinaje festivo los numerosos hitos con decenas de actividades que poblaron la noche arandina de diversidad: músicas de raíz y de autor, de banda y de cantautor, personajes variopintos, delicados movimientos y enérgica danza, teatro para pequeños y juegos familiares, arte sacro y creatividad colectiva.

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La noche sirvió para dar a conocer novedades, como los nuevos paneles divulgativos, más claros y atractivos, en el CIAVIN, así como una distribución del espacio que da mayor protagonismo a los restos de muralla medieval que se conservan dentro de su estructura.

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Y comenzar a dinamizar y remover la creatividad en el Centro de Arte Joven con un taller de Street Art en el que brillo el arte de Häcko Crane y David.

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Y también para el "reestreno", tras su cierre de los últimos años, de los Museos de las Bolas y de Arte Sacro

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La Banda Municipal de Música volvió a confirmar que tiene en Aranda un público fiel, casi al estilo de las grandes bandas de Sonorama, consiguiendo más de medio millar de espectadores que abarrotaron Santa María, con mucho público de pie, incluso sentado en las escaleras del coro

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Y, sin que la noche dejara de ser joven, su espacio se amplió para un público de 0 a más de 100 años, con espacios compartidos como el Museo del Juego y el Juguete tradicional.

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