Alcaldes: Hechos son amores…
La Firma de Elisa Docio
Alcaldes: Hechos son amores…La Firma de Elisa Docio
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Palencia
En menos de tres semanas vamos a tener que acudir de nuevo a las urnas para votar a nuestros políticos más cercanos, léase alcaldes y concejales para 8.131 ayuntamientos en toda España. Sí, esas corporaciones municipales compuestas por nuestros representantes que, desde el gobierno o desde la oposición, se entregarán a fondo, eso esperamos, para que el bienestar ciudadano sea del más alto nivel posible.
Se ocuparán de que la ciudad funcione, esté limpia, disfrutemos de seguridad en las calles, que los transportes públicos cumplan sus horarios y sean operativos, que las instalaciones escolares sean suficientes, y las deportivas adecuadas para todas las edades, que trabajen bien la administración, los servicios sociales, que se acometan inversiones para mejorar la vida cotidiana y el medio ambiente, etc. Pero también que luchen a brazo partido para captar las oportunidades con la puesta en valor de los puntos fuertes y recursos de que disponemos. Para conseguir todo lo anterior les autorizamos a invertir bien nuestros dineritos con eficiencia y transparencia.
Y como tenemos ojos, oídos y capacidad de discernimiento lo que no nos hace ninguna falta es propaganda vana. A pie de calle lo que vemos son hechos, queremos hechos, que nos lo cuenten, tanto los que gobernaron como los que propusieron y controlaron desde la oposición y que ahora aspiran al gobierno, que nos cuenten con detalle qué han aportado durante los últimos cuatro años de su mandato, si han cumplido su programa, si no han devuelto dineros de subvenciones, si han votado con lealtad en pro de la ciudad o en contra por inoperancia o confusión. Porque el que pierde el tiempo vendiéndose y autoimponiéndose medallas no está haciendo lo que debe, lo que debe es hacer, hacer, y hacer.
Cierto es que la alcaldía es un caramelo envenenado para quien no le guste la gente. En el seno de los partidos los afiliados se baten el cobre por ir al Congreso, al Senado, a las cortes regionales o a la Diputación, pero alcaldables capaces..., eso es harina de otro costal, es política de frontera, es la primera instancia de las quejas ciudadanas. En las pequeñas ciudades, y no digamos, en los pueblos, es vivir con la calle, expuestos, observados, criticados y sometidos a caradas, también, en el mejor de los casos, a felicitaciones. Por eso, puede que la cualidad primordial en un alcalde sea su capacidad de escuchar, atender y solucionar en la medida de lo posible cualquier cuestión, desde la más grande a la más nimia que parezca, todo cuenta. Cordialidad, cortesía y amor por su paisanaje, que se note, que se vea, que lo sintamos como cierto, no de postureo preelectoral. Y hechos, hechos son amores, eso es lo que vale.
La próxima semana más.




