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Así votamos hace 44 años en Valladolid

Recuperamos imágenes de las primeras elecciones municipales tras la recuperación de la democracia

  • Vallas electorales del Partido Comunista y del PSOE en una calle de Valladolid / Archivo Municipal de Valladolid

  • Manifestación de trabajadores de la construcción en las calles de Valladolid / Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Rueda de prensa de candidatos con la poresencia de Gregorio Godofredo Garabito, Vicente Garrido Capa, Ángel Pereletegui, Jesús Cueto y Pilar González Ródenas / Archivo Municipal de Valladolid

  • Votación en un colegio electoral del Barrio de la Pólvora, actual Barrio de las Batallas / Archivo Municipal de Valladolid

  • Colas de votantes en un colegio electoral de La Rondilla / Archivo Municipal de Valladolid

  • Votación de uno de los candidatos en las elecciones de 1979 / Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Tomás Rodríguez Bolaños, ganador de las elecciones municipales de 1979 en Valladolid, posa haciendo el gesto de la victoria / Archivo Municipal de Valladolid

  • Imagen de la constitución del Ayuntamiento de Valladolid en 1979 en la que aparece, a la derecha, el secretario municipal, Francisco López Merino / Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

  • Foto institucional del alcalde elegido en las elecciones municipales de 1979, Tomás Rodríguez Bolaños (PSOE) / Archivo Municipal de Valladolid

  • Archivo Municipal de Valladolid

Valladolid

Las elecciones municipales del 3 de abril de 1979 fueron, sin ningún género de duda, uno de los acontecimientos políticos de mayor relevancia de la historia reciente de España. Sobre todo porque sirvieron para la recuperación de la democracia municipal. Con ellas vieron la luz unos ayuntamientos que debían afrontar retos de gran dimensión. El franquismo había dejado unas ciudades plagadas de desigualdades. El crecimiento industrial, las políticas del denominado 'desarrollismo' atrajeron hasta los núcleos urbanos a nuevos habitantes llegados de poblaciones más pequeñas y, principalmente, de los pueblos. Nacieron nuevos barrios, pero las dotaciones necesarias para atender a los nuevos ciudadanos no estaban a la altura. Eso, sí existían. Porque en una ciudad como Valladolid, a finales de la década de los 70 era habitual encontrar aún calles sin asfaltar o carentes de servicios básicos, como el alumbrado o el saneamiento en las zonas menos favorecidas.

El país vivía sumido en un torbellino político y social desencadenado por la muerte del dictador y por el restablecimiento de la democracia y la aprobación de la Constitución en 1975. Dos años después, los españoles podían volver a elegir. Las primeras elecciones generales situaron en el poder a Adolfo Suárez. Otros dos años después, a la espera de que se constituyeran las autonomías, llegaba el turno de otorgar los bastones de mando en pueblos y ciudades.

El ejercicio que cerró la década de los 70 empezó en Valladolid con 315.486 habitantes. Sumó 8.000 más en aquellos doce meses. Como ahora, entonces también hubo presencias de líderes nacionales, como Santiago Carrillo y mítines y todo tipo de actos. También vallas, sin fotos, pero con grandes lemas. En una de esas instántaneas, bajo las vallas protestan un grupo de trabajadores de la construcción que tuvieron un año muy movido con la convocatoria de una huelga ante las diferencias con la patronal para conseguir mejores salarios. Los empresarios ofrecían un máximo de 420.000 anuales. Poco más de 2.520 euros. Dividan entre 14 pagas y hagan números. Los obreros pedían 465.000.

Votación en martes

En la galería de imágenes que acompaña este texto pueden ver imágenes de los vallisoletanos que acudieron un martes, no un domingo, a las urnas. Este hecho por cierto provocó que El Norte de Castilla publicara una información detallada sobre el proceso en el que se podía leer que "las empresas concederán a los trabajadores que tengan la condición de electores, un permiso de media jornada laboral cuando el horario de trabajo esté comprendido totalmente dentro del horario de los Colegios Electorales". "El permiso no podrá exceder de cuatro horas», recordaba el texto en el que detallaba el contenido de la normativa. "Las empresas deberán conceder a los trabajadores que acrediten su condición de apoderados, permiso no retribuido de jornada laboral completa durante todo el día de la consulta y de cinco horas laborales el día inmediatamente posterior al de la consulta", apuntaba el diario decano de la prensa española.

De las urnas salió un alcalde socialista, además por una amplia mayoría. Un ex trabajador de FASA Renault, Tomás Rodríguez Bolaños, obtuvo el 40 por ciento de los votos y 13 concejales. Insuficientes para la absoluta pero que, merced al respaldo del Partido Comunista de España -4 ediles- permitió establecer una mayoría progresista en la ciudad. Eso sí, las fuerzas de izquierda acudieron desunidas y eso hizo que el resplado se difuminara. ¿Les suena este escenario? En el otro lado del espectro ideológico, la UCD consiguió nueve representantes y Coalición Democrática uno. Candidatura Independiente obtuvo dos. Un alcalde de izquierdas que renovó la confianza de los ciudadanos hasta 1991, cuando por primera vez ganó el Partido Popular. Pero, de nuevo un pacto, en aquel momento con Izquierda Unida, permitió al desaparecido Bolaños extender su mandato hasta 1995. Fueron 16 años de gestión de la izquierda en una ciudad que, sin embargo, desde principios de los 80 arrastra el sambenito, cada vez más en desuso, afortunadamente, de 'Fachadolid'.

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Mario Alejandre

Cuenta lo que pasa en Valladolid y en Castilla...