Burgos, a la cabeza de la comunidad en órdenes de protección por violencia de género

Burgos

Burgos es la provincia de Castilla y León con más órdenes de protección concedidas por violencia de género: 827 mujeres tienen asignada protección policial en este momento. Suponen más del 22% del total de la comunidad autónoma, cien menos que en León y 200 menos que en Valladolid. El año pasado se concedieron en la provincia 278 órdenes de protección. Significa, a juicio de la responsable de la Unidad de Violencia de Género de la Subdelegación del Gobierno en Burgos, Begoña Fernández, que "hay más mujeres víctimas de violencia que han dado el paso de denunciar y más mujeres y niños protegidos". De ellas, el 28% se encuentran en el medio rural y 600 de estas órdenes de protección se refieren a casos en Burgos, Aranda de Duero o Miranda de Ebro.

Según ha explicado Begoña Fernández en una entrevista en Hoy por hoy Burgos, en el sistema VioGen conviven mujeres con medidas activas de protección recientes, con otras que las obtuvieron hace cinco años, e incluso víctimas de violencia sin orden activa pero que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deciden proteger por diversas circunstancias, entre ellas un lugar de residencia aislado, la insistencia de su agresor o la existencia de hijos menores de edad.

Las denuncias por violencia de género subieron en la provincia en 2022 un 12% en comparación con el año anterior, hasta llegar a las 958. En Burgos capital se registrado 574 denuncias, seguidas de las de Aranda de Duero (137) y Miranda de Ebro (129). Fernández apunta que muchas víctimas no llegan a denunciar. Según estima, estos casos pueden llegar al 20% del total, según cálculos basados en las estadísticas de víctimas mortales de violencia de género. La jefa de la Unidad de Violencia de Género en Burgos recuerda que hay una gran cantidad de personas "que no son capaces de dar el paso y denunciar, incluso que no se reconocen como víctimas". En este sentido, señala que en muchas ocasiones deciden no denunciar y seguir la convivencia porque piensan que su agresor "va a cambiar o porque es el padre de sus hijos. Se trata de un delito muy complejo, porque es un delito emocional".