Carnicera por convicción y pasión en Cogeces del Monte

Cogeces del Monte

Mónica Herrero maneja con destreza sus cuchillos y toda la maquinaria que comprende una carnicería. Lo hace con facilidad porque ya son muchos años de práctica, aunque al principio los filetes y las chuletillas no le salieran a las mil maravillas. "Yo siempre he sido una persona echada para adelante, pero cuando estás aprendiendo las cosas no te salen todo lo bien que te gustaría. El cliente lo entendía", refleja, antes de contar su historia personal en nuestro espacio junto a la Asociación Duero Esgueva.

La carnicería Díez Herrero tiene más de 30 años de historia y se ubica en Cogeces del Monte, donde la familia asentó su vida y día a día. "Yo no soy carnicera de cuna. Los carniceros eran mis tíos, y nos propusieron quedarnos con ella tanto a mí como mi marido, al que le afectó la crisis del ladrillo. Hizo un cursillo, empezó un poco con ellos, y ya después entré yo. Llevamos 14 años", cuenta Herrera, que no oculta en tono jocoso "la dificultad de trabajar con tu pareja por las diferentes formas de pensar", si bien "es bonito, porque no somos nada el uno sin el otro".

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Cogeces tiene vida y futuro, aunque en las últimas décadas ha perdido a más de 300 vecinos. Mónica entiende que repoblar el medio rural "es muy complicado", pero vivir en el pueblo tiene "muchas ventajas" y "merece la pena" además de por la naturaleza, la tranquilidad y el aire limpio, la complicidad y unión del municipio. "Todos nos ayudamos y nos encantaría recibir a nuevos vecinos", añade.

Harta, como tantas otras mujeres rurales, del papeleo y de la lenta burocracia para cualquier cuestión, valora el apoyo de los colectivos y de entidades como Alimentos de Valladolid, que apuesta por el comercio cercano y de proximidad. Y es que los productos locales y elaborados "son inigualables". De hecho, en Díaz Herrero, además de por muy buena carne se destaca también por sus embutidos artesanales, triunfando fundamentalmente el salchichón de trufa o de piñones. "Los de piñones estábamos en una feria de la Diputación y una vecina de Pedrajas de San Esteban nos dijo que por qué no probábamos a hacerlo con sus piñones. La primera no salió, luego ya sí. Y la otra, pues porque en Cogeces tenemos mucha trufa y se hace incluso una feria. Y la coordinadora del Ayuntamiento nos lo planteó, y aunque nos costó, acabó saliendo y tiene mucho éxito", relata.

En el futuro, Mónica espera poder seguir haciendo lo que más le gusta, que no solo es dedicarse en cuerpo y alma a lo que le hace feliz en compañía de su marido, sino el hacerlo en una localidad en la que nació, vive, y quiere seguir disfrutando: su querida Cogeces.

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