Joaquín Sorolla y Ávila
El genial pintor, del que se está conmemorando el centenario de su muerte, estuvo tres veces en la ciudad, donde pintó una decena de cuadros
Retrato de Mabel Rick, señora Pérez de Ayala pintado por Sorolla / Madrid, Museo Sorolla
Ávila
El centenario de la muerte de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla (Madrid), 1923) permite recordar la relación que este genial pintor tuvo con Ávila, en cuyo palacio de Superunda o de Guido Caprotti (XVI) pueden verse dos retratos de gran tamaño, realizados por el artista valenciano.
Se trata de dos "Sorollas" donados hace una década por Ana Isabel de Aizpurúa, viuda de Óscar Caprotti y nuera de Guido Caprotti, el que fuera propietario de este histórico inmueble, situado en pleno casco histórico de la capital abulense.
Son dos extraordinarias obras que corresponden a dos retratos realizados por Joaquín Sorolla a los padres de Laura de la Torre, los suegros de Guido Caprotti.
Ambos lienzos pueden verse desde 2013 en una de las salas de este palacio, tras la cesión realizada por Ana Isabel de Aizpurúa para que permanecieran desde entonces expuestos en este espacio que también cuenta con obras del pintor italiano que le da nombre.
Además de estos dos cuadros desconocidos para el gran público, pese a estar expuestos en este inmueble, la relación de Sorolla con la capital abulense se tradujo en tres visitas, según recordó el pasado mes de marzo en una conferencia el cronista oficial de Ávila, Jesús María Sanchidrián.
En esa charla titulada "Ávila en el paraíso de Sorolla con guiños a Santa Teresa", Sanchidrián habló de su "estrecha vinculación" con una ciudad de la que también le llamó la atención su luz, algo constante en su obra.
El genial pintor valenciano visitó la capital abulense en 1910, 1912 y 1913, dando lugar a cerca de una decena de cuadros que reflejan una pintura costumbrista y paisajista que retrata varias estampas de la monumentalidad y las costumbres abulenses.
