Edición histórica de Sonorama Ribera: 150.000 asistentes y el punto de inflexión para hacer un festival "más humano"

Aranda de Duero

Las historias tienen sus puntos de inicio y puntos finales. Y también tienen puntos de inflexión. Esto es lo que ha sido la edición número 26 de Sonorama Ribera que acaba de concluir. Un festival que el año pasado celebra su cuarto de siglo y en esta ocasión inicia un ciclo con la firme determinación de hacer un festival mejor, más humano, dejando a un lado la idea de ser más grandes.

Las cifras indican un nuevo récord de público: un recuento provisional indica que esta edición ha contado con alrededor de 150.000 asistentes, algo más de 35.000 cada uno de los tres días centrales del festival, 20.000 en la fiesta de bienvenida y alrededor de 25.000 la jornada de despedida este domingo. Cifras que han dejado pequeña la previsión inicial de la organización, también la del impacto económico, que superara los 18 millones previstos en un primer momento. El director de Sonorama Ribera, Javier Ajenjo, asegura haber tomado nota de algunos aspectos que pueden mejorar, no para seguir creciendo, sino para mejorar la experiencia de quien acude a Sonorama, ampliando espacios para mejora la comodidad, incrementando el número de baños o estableciendo una nueva zona de camping. "Seguimos viendo cosas que son mejorables" indica Ajenjo. "Al año que viene necesitamos implementar baños, necesitamos aumentar el espacio si es posible para que la gente esté más cómoda. En el camping el hándicap de tener que reparar y mejorar un parque maravilloso para todos los arandinos ha hecho que el espacio se haya reducido un poco y hayamos estado un poco justos. Al año que viene vamos a habilitar dos zonas de camping independientes para que todos aquellos que vengan puedan estar mejor. Es uno de los retos que nos hemos marcado de cara a la 27 edición."

Pese a esa búsqueda de fallos o carencias para seguir mejorando la evaluación final de esta edición pasa el examen y con nota altísima. "Hemos tenido miles y miles de personas que se han comportado de una manera increíble durante estos días. Han generado impacto directo, pero sobre todo un impacto indirecto brutal. Se nos olvida que Sonorama firma más de 1.500 contratos de trabajo." manifiesta el director del festival. "La Plaza del Trigo, con esos conciertos mágicos, cerrando con Amaral, un regalo maravilloso para un festival que defiende la música, la normaldiad defiende la igualdad. Los conciertos en el recinto han sido maravillosos, Los grupos se han volcado y han sentido el calor de la familia que hace Sonorama Ribera."

Ajenjo ha recordado también que antes de que llegue la 27 edición Sonorama tiene dos citas previas, ambas saltando el Charco, significativo nombre del escenario que alberga a artistas latinoamericanos. "Esa ventana que abrimos hace unos años hacia Latinoamérica va a consolidarse con nuestra presencia en Uruguay en noviembre, y en Méjico en febrero del año que viene. Un salto cualitativo muy ilusionante que se ha reflejado perfectamente en otras escenarios mágicos del festival como es el escenario Charco." ha expresado Ajenjo con ilusión.

Y volviendo la mirada al año que viene, una significativa declaración de intenciones: "Necesitamos que el festival siga siendo grande, pero humano y vamos a seguir luchando para ello".

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