Reyes de las impermeabilizaciones en Aranda de Duero

Aranda de Duero

Hace casi 23 años Reyes decidió dar el paso de emprender creando su propia empresa de impermeabilizaciones. La necesidad de dar respuesta a los compromisos que iba adquiriendo resultó vital para decidirse. "Yo entro en una empresa de ventas de químicas. Y me fui metiendo en la química de construcción hasta que un día decido que tengo que hacer unas obras, me aportan personal de ayuda, y empiezo con unos trabajadores de otra empresa aunque yo les dirigía. Empecé a trabajar en la zona con gente de fuera, y con empresarios de la zona que me animaron y ayudaron, di el primer paso y me puse por mi cuenta. Al mes ya cogí un trabajador, luego dos... Y así hasta hoy", define la ya veterana autónoma, que nunca tuvo miedo "porque yo me sentía fuerte y capaz; llevaba mucho tiempo en obra trabajando con los chicos.... Si tienes seguridad en lo que haces lo transmites". "Es un trabajo bonito, creativo porque siempre hay sitios nuevos a los que ir aunque hagamos siempre impermeabilización, y no es nada monótono ni aburrido, y surgen inconvenientes y gratificaciones, porque hay trabajos que los haces, se sacan y quedan tan bien que da gusto", cuenta.

Reyes siempre tuvo curiosidad de aprender de todo, y asevera que eso es clave. Sin embargo, lamenta la dificultad de encontrar trabajadores cualificados. Su empresa podría crecer de encontrar gente comprometida y trabajadora, pero el mercado no ostenta ese perfil. "Tengo tres personas muy buenas, pero necesitaría coger más, y no hay en este momento. Tenemos demanda de trabajo", cuenta. Respecto a los trabajos, a veces son "de uno o dos días", y otros son más amplios. Pero en toda tarea esta autónoma tiene claro que la invasión y molestia debe ser mínima. "No me gusta la vistosidad cuando trabajamos; queremos hacerlo viable, rápido y bien sin causar molestias", dice.

Los trabajos y la importancia de impermeabilizar

"Igual hago una cubierta o una terraza de 10 ó 20 metros cuadrados que de 2.000. En cuanto a suelos, tengo obras llamativas. Hicimos 9.000 metros en Madrid en garajes del Hotel Barceló, jugando con colores en plazas de garaje. Hay bodegas que tenemos hechas de hace años, también levantamos y pusimos suelos en la bodega de Protos de La Seca...", enumera Reyes, destacando que la impermeabilización es importante "porque en una casa lo que más molesta, llama la atención y lo más incómodo son las goteras". "Te dejan una pared mal pintada y no te importa, pero si tienes una humedad aunque sea pequeña y en una esquina, llevas el ojo automáticamente allí. Todos nos protegemos, y si queremos protegernos bajo un techo, tiene que estar en condiciones", comenta, valorando también las terrazas "que nos gusta disfrutarlas pero que también dan problemas, y hay muchas zonas que se impermeabilizan".

Los productos y las impermeabilizaciones van cambiando, y por tanto, nunca se deja de aprender. "Hay materiales con larga vida, se van modificando y mejorando. Algunos llevan tiempo y se han añadido mejoras. En otros casos son nuevos, pero llevan años de estudio. Todo lo que está a exterior, a la intemperie y en construcción, tienen que tener durabilidad y resistencia", desgrana Reyes, que apunta hacia el objetivo continuo de la mejora. "En una obra entran muchos factores, hay muchos trabajos que se levantan, se renuevan, y hay mucha continuidad. La construcción y el transporte son los motores del país. Siempre se están haciendo cosas, porque hay impermeabilizaciones de fachadas -por el sol o el agua-, tejados -porque los morteros pierden-, patios...", añade.

Futuro

"El futuro de este trabajo no se prevé porque surge, y si hay construcción, el futuro es seguir cogiendo obras. Yo siempre he pensado que es un trabajo de futuro, de continuidad, de renovar", cuenta Reyes, reconociendo que "me gusta mucho mi trabajo", aunque también que el día que se jubile, podrá echarlo de menos, pero también respirar. "Los autónomos estamos sangrados. Yo cuando empecé en esto pensé que se podía ganar dinero, pero hoy por hoy nos mantenemos. Es difícil hacer hucha, porque tenemos tanta burocracia y tantas trabas... Cuando recoges algo y crees que vas a poder coger beneficio, hay que comprar una máquina, un vehículo... Movemos e invertimos, pero a veces una piensa que no compensa tanta preocupación y trabajo. He aprendido a desconectar, y el día que lo deje me costará, pero me voy a liberar", concluye, dejando una interesantísima reflexión sobre todas aquellas personas empleadoras que, como ella, han luchado toda una vida para sacar adelante un proyecto, sin miedo, pero con la responsabilidad de avalarse a sí mismos para poder hacer realidad su sueño. Luchadores incansables que se merecen un gran empujón, y no piedras en el camino.