La imprudencia de un fumador provoca un fuego en Maello

Ávila

La negligencia de un fumador originó un fuego este martes en la localidad de Maello que obligó a actuar al helicóptero que tiene su base en Coca, además de a varias autobombas y a una cuadrilla de tierra. El aviso se dió a las cinco y cuarto de la tarde y afortunadamente el incendio quedó controlado en menos de una hora afectando solo a una hectárea y media de pasto.

De forma casi simultánea se declaró otro incendio en Gallegos de Altamiros, muy cerca de la carretera AV-110 que tuvo que ser cortada en distintos momentos. En su extinción trabajaron los helicópteros con base en Cebreros, El Barco de Ávila y el Puerto del Pico. Quedaba controlado alrededor de las siete de la tarde tras afectar a dos hectáreas y media de terreno forestal con arbolado y matorral y a una hectárea de terreno agrícola. La causa aún se está investigando.

Hubo un tercer incendio en Mirueña de los Infanzones, también a primera hora de la tarde. La Junta de Castilla y León aún no ha informado ni de la causa ni de la extensión que tuvo este fuego que quedó controlado tras la intervención de dos helicópteros, dos autobombas y una cuadrilla de tierra.

Ávila está viviendo estos días una nueva ola de calor, la más intensa hasta el momento, con temperaturas diurnas que en algunos puntos han superado los 40 grados centígrados y temperaturas nocturnas por encima de los 20 grados. En esta situación cualquier imprudencia puede tener graves consecuencias y por ello desde la Consejería de Medio Ambiente han ampliado la declaración de alerta por riesgo de incendio hasta el 25 de agosto lo que implica la adopción de medidas extraordinarias como la suspensión de todas las autorizaciones para el uso del fuego que se hayan otorgado o la prohibición de usar maquinaria en el monte y en un radio de 400 metros cuadrados.

El incendio más grave del verano pasado se originó también por una colilla mal apagada y terminó calcinando unas 4.000 hectáreas en los términos municipales de Cebreros, El Hoyo de Pinares y San Bartolomé de Pinares. La situación fue crítica especialmente en el segundo de estos pueblos cuyos habitantes tuvieron que ser desalojados y donde quedaron dañadas infraestructuras esenciales como la potabilizadora de agua.

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