«Hay que ser prácticos», decía Javi Moreno en la previa del partido ante el Llerenense. Y el Numancia lo fue. En un partido feo, nada vistoso y en el que los rojillos hicieron lo que debían: ganar. La «practicidad» de Moreno se plasmó en un sistema 5-3-2, con tres centrales (volvió Vicario), dos laterales de claro talante ofensivo como Soler y Bonilla, la manija para Mustapha, Diamanka y Alain Ribeiro, y la dupla ofensiva Lupu-Primo. Kudakovsky, por cierto, debutando de inicio en la portería. Tras una primera mitad de idas y venidas, fue el cuadro numantino el que acertó ya en la segunda parte. Lo hizo Bonilla, con un saque de córner «casi directo» que rozó un defensa antes de entrar el balón en la portería. Era el minuto 63 y, hecho lo más difícil, adelantarse fuera de casa, había dos opciones: aguantar la ventaja o rematar la faena. Fue lo segundo, apenas diez minutos después, en una buena combinación de los delanteros rojillos Lupu y Primo, que finalizó éste casi a portería vacía con la generosa asistencia del hispano-rumano. Hasta el final, defensa firme de los numantinos para sumar 3 puntos cruciales, que sirven para quitarse un peso de encima y escapar de los puestos de descenso.