Las agresiones en La Moraleja crecen un 167% en un año según denuncia el sindicato TAMPM
La conflictividad y la falta de médicos centran sus demandas en el día de La Merced
Palencia
El próximo día 24 se conmemora la festividad de la Merced, con este motivo se ha celebrado un acto institucional en el centro penitenciario de Dueñas, allí, el sindicato Tu Abandono me Puede Matar denuncia que el pasado año se registraron unas cifras récord de agresiones a funcionarios de prisiones en el Centro Penitenciario La Moraleja de Dueñas al producirse un incremento del 167 por ciento al pasarse de las 6 agresiones registradas en el 2021 a las 16 del pasado año. Unos datos que, en este 2023, pueden verse incrementados ya que, hasta agosto, ya se habían abierto el mismo número de expedientes que en todo el 2022. El aumento de la conflictividad es una de las cuestiones que más les preocupa. Por este motivo, siguen reclamando la condición de Agentes de la Autoridad que les otorgue mayor protección frente a las agresiones sufridas cada día. Otro de los problemas sigue siendo el de la falta de médicos que provoca que varios días a la semana no dispongan de este servicio lo que afecta, no sólo a los funcionarios, sino a los propios internos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y al propio hospital Río Carrión.
De los 8 médicos que por catálogo debía haber en el Centro ahora mismo sólo hay 1 médico titular, otro interino y uno más en prácticas. Una situación que llevan muchos años esperando solución que pasaría por transferir las competencias en esta materia a las comunidades autónomas, algo que llevan casi 20 años esperando y que, sólo se ha hecho en Cataluña, País Vasco y Navarra.
El sindicato denuncia que, los recursos materiales y legales son en general de mala calidad y han quedado desfasados, necesitando contar con medios técnicos que faciliten su labor, como podría ser el uso de pistolas táser, y actualizar el resto de los medios coercitivos. Aseguran que cada vez se hace más patente la necesidad de la creación de grupos de intervención, especialmente formados, para afrontar las cada vez más asiduas situaciones de especial virulencia. Además, hay que resaltar la imperiosa necesidad de disponer de un sector propio dentro de la AGE que dé respuesta a las necesidades y especificidades de su labor.