Restauradas dos tallas de San Juan Bautista y San Antonio de Padua en Valdecañas de Cerrato
La acción ha sido posible gracias a la colaboración económica de Dña. Teresa de Juana
Palencia
Doña Teresa de Juana, gran mecenas de Valdecañas de Cerrato, ha tenido un nuevo gesto de generosidad hacia el patrimonio artístico de la parroquia de san Nicolás de Bari financiando la restauración de dos pequeñas tallas, una de san Antonio de Padua y otra de san Juan Bautista, que se encontraban en mal estado de conservación y con riesgo de desaparecer.
Ayer domingo, al término de la santa misa, y ante un elevado número de vecinos, José Luis Calvo, delegado diocesano de Patrimonio, y el restaurador Óscar García de la empresa Fénix Conservación, explicaron las características de las piezas y la restauración llevada a cabo. Según explicó el delegado, las dos obras de arte pudieran haber llegado a la iglesia parroquial procedentes de la comunidad franciscana que ocupó la llamada Casa del Cordón existente en la localidad. Son tallas de pequeño tamaño, típicas en oratorios conventuales o monásticos y tanto el santo de Padua como san Juan Bautista muy comunes en ellos como modelos de pobreza y vida ascética.
La escultura de san Juan Bautista tiene una antigüedad de finales del siglo XVI, o muy principios del XVII, y la de san Antonio de Padua con el niño Jesús en sus brazos, algo más tardía. La primera es la que presentaba mayor grado de deterioro, con la falta un brazo entero y la otra mano. Igualmente, se apreciaba falta de madera en la peana. Al contrario, la imagen de san Antonio no tenía perdidas de soporte ligneo pero, al igual que la anterior, desprendimiento de la policromía y perdidas de color en muchas zonas, provocados por el paso del tiempo y los cambios termo higrómetros. También presentaban el oscurecimiento de la policromía por la acumulación de suciedad superficial, y de barnices oxidados.
Según explicó el propietario de Fénix Conservación, se procedió a la fijación y el sentado de la policromía, usando materiales afines a la obra, como la cola de conejo, mediante calor y presión para devolver la estabilidad entre los sustratos de la preparación y de la policromía. Seguidamente se realizaron varias catas para determinar la disolución más adecuada y el proceso a seguir. En cuanto a la intervención en el soporte, los pequeños defectos o pérdidas de material han sido repuestos con Araldit madera, para devolver la unidad a las piezas.
En el caso de la talla de san Juan Bautista que tenía graves pérdidas de soporte en los brazos, tras solicitar la opinión de la Delegación diocesana de Patrimonio Artístico, se ha procedido a la reconstrucción de los elementos perdidos, tomando como modelo piezas similares de la misma época. Siempre con materiales que permitan diferenciar las reposiciones introducidas en el estado original de la escultura.
Al finalizar la exposición de ambos, se realizó una fotografía con todos los vecinos asistentes, arropando a doña Teresa de Juana, cuya generosidad ha hecho posible la restauración de cuatro de los retablos de la iglesia, así como de varias tallas, entre ellas una de San Nicolás de Bari, titular de la parroquia, y, muy singularmente, de una exquisita talla de la Inmaculada de gran belleza, del escultor Pedro de Mena.