Entra en vigor la declaración de época baja de peligro de incendios forestales

Valladolid

Desde hoy Castilla y León entra en época de peligro bajo de incendios forestales. Lo publicó ayer el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), por lo que la orden de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal entra en vigor hoy mismo. El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ya lo adelantó ayer lunes y esgrimió una mejor climatología para reducir el riesgo en el operativo contra incendios: "Hemos prorrogado el peligro alto con un peligro medio que terminaba el 19, pero lo retiramos porque las condiciones climatológicas lo permiten".

Precisamente, la resolución publicada en el Bocyl argumenta que las labores de prevención y extinción de incendios forestales deben adaptarse en cada momento del año al riesgo existente. Es por ello que se explica que la Junta de Castilla y León ha optado por un operativo flexible, que integra la prevención y extinción y cuyas dimensiones se adapten a las condiciones de riesgo existentes en cada momento.

En un comunicado, la Junta explica que con la llegada de precipitaciones la probabilidad de ignición y la propagación de incendios será de nivel bajo. Los combustibles se han podido recuperar con el aumento de la humedad y las precipitaciones, aunque hayan sido dispersas y localizadas. Por ello, la Junta de Castilla y León declara peligro bajo de incendios forestales en toda la Comunidad.

Aun así, precisa que se da continuidad al despliegue de medios para atajar cualquier conato que se produzca. Por ello, afirma que sigue desplegando personal de guardia, el helicóptero de la base del Vivero permanece operativo todo el año y se mantiene una cuadrilla helitransportada por base, así como todas las autobombas propias. Además, señala que las cuadrillas terrestres siguen trabajando en el monte con disponibilidad para acudir a los incendios y continúa la prestación de parte de los retenes de maquinaria.

Medidas preventivas

También, entran en vigor las medidas preventivas específicas establecidas para esta época de peligro en la Orden por la que se regula el uso del fuego y se establecen medidas preventivas en Castilla y León. Entre ellas, se recuerda que en el monte y en los terrenos rústicos a menos de 400 metros del monte está prohibido quemar rastrojos; hacer hogueras y fogatas, excepto para personas que trabajen en el monte para preparar alimentos o calentarse; encender fuego en las áreas de descanso de la red de carreteras.

También, tirar fósforos, colillas o cualquier material en ignición al suelo; la quema al aire libre de basureros, vertederos o cualquier acumulación de residuos de cualquier tipo; arrojar fuera de los contenedores de basura desechos o residuos que con el tiempo puedan resultar combustibles o susceptibles de provocar combustión, tales como vidrios, papeles, plásticos, aerosoles, mecheros.

Igualmente, está prohibido aparcar vehículos en los caminos, pistas forestales y cortafuegos de modo que supongan un impedimento al paso de los vehículos del Operativo de lucha contra los incendios forestales; el lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego seguirá requiriendo la correspondiente autorización en el monte y en los terrenos rústicos a menos de 400 metros del monte.

Por último, la Junta de Castilla y León confía en que la población siga extremando la prudencia en sus actividades de trabajo y ocio al aire libre para evitar el inicio de un posible incendio y, en caso de producirse, alerte a través del 112. Asimismo, se recuerda que la realización de actividades no permitidas puede causar incendios que ocasionen un grave riesgo para las vidas humanas, poblaciones y otros bienes, así como para nuestro patrimonio natural y cultural. Además, señala que pueden ser acciones constitutivas de delito, por lo que se efectúa un llamamiento a la responsabilidad y a la colaboración ciudadana para evitarlas.

900 incendios

Este año se han registrado 906 incendios con una superficie arbolada afectada de 750 hectáreas, muy por debajo de la media de los últimos diez años, que se sitúa en 6.000 hectáreas, con 1.300 incendios anuales.