El Gobierno pone fecha a la Variante de Pajares pero no al fin de los problemas de agua en los pueblos de León
León
Al tiempo que el Gobierno pone ya fecha a la apertura de la Variante ferroviaria de Pajares, las poblaciones de la Montaña Central Leonesa aún siguen pendientes de una solución a la enorme pérdida de sus recursos hídricos que esta obra les ha causado.
Después de una década de litigios, el Ministerio de Transición Ecológica accedió a introducir medidas medioambientales correctoras en el proyecto, pero se da la paradoja de que otro Ministerio, el de Transportes, junto al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), se ha mostrado en desacuerdo.
Así las cosas, el Consejo de Ministros tendrá que mediar y dar la razón a uno o a otro. Aunque el equipo jurídico de los pueblos de León afectados tiene claro que, si al final no se les da una solución, volverán a los tribunales, tal y como confirma su asesor legal, Carlos González Antón.
Como consecuencia del pinchazo de acuíferos, la media de agua de León que se está perdiendo hacia Asturias es de más de 300 litros por segundo. El desastre ecológico es tal que hay poblaciones que, en verano, están teniendo que recurrir a camiones cisterna para tener agua potable. Y hay fincas que, antes de la obra de la Variante, eran de regadío y, ahora, son de agricultura de secano.
Además del plano económico, las alternativas que proponía León para devolver el agua vertida a Asturias era que se bombeara de vuelta aprovechando las canalizaciones de los túneles, pero eso ya parece incompatible con el inicio inminente de los viajes de tren, previstos para el 30 de noviembre. La opción sigue siendo bombearla, pero por otras vías.
El coste estimado de este proyecto de bombeo es de unos 30-40 millones de euros, aunque, luego, mantenerlo operativo requeriría entre 3 y 4 millones más de euros al año.
