Javier Márquez: "Quería un año tranquilo, pero la llamada de Aranda me llamó la atención"

Aranda de Duero

Dos de las grandes pasiones de Javier Márquez están representadas en Aranda. Por un lado su afán por la música indie, con Sonorama Ribera -para el que cogió entradas en 2020 sin saber la que se venía después- y por otro el balonmano, con un Tubos Aranda al que ha seguido mucho de cerca, y que desde hace unas semanas entrena. Los resultados hablan -dos victorias en dos partidos en liga- aunque él valora sobre todo la entrega y el trabajo de un equipo que, de sembrar dudas, ha pasado a gustar e incluso ilusionar. Pero Márquez es uno de esos entrenadores que, fruto de la experiencia, quieren tener los pies en el suelo. Este lunes ha pasado por la SER para contar sus primeras semanas en este particular ‘inicio de curso’.

"Estoy contento porque ganar fuera de casa en esta división tiene mérito y hacerlo en O Rosal también lo es. Y encima con las circunstancias que se produjeron, que pusieron cuesta arriba el partido. El equipo supo competir en un partido intenso y fuimos capaces de asestar el golpe definitivo y aprovechar el fondo de plantilla", comentaba el entrenador amarillo, que explica su 'receta de éxito' en la capacidad de cambiar la psicología del equipo. "Tenía claro que al llegar a un equipo como Aranda el factor psicológico iba a ser lo más importante. Y sí percibía parciales negativos y que cuando se recibía un revés eso se aumentaba. Pero al final la única receta que he utilizado es poner en valor a los jugadores que tenemos, que cada uno tiene un rol, y que eso es lo que nos va a dar fortaleza", asevera, destacando la involucración e unidad de la plantilla, pero también que hay que hacer hincapié "en defensa, si bien la mejora ha sido notable, transición, y ataque estático".

Márquez cree que aún "no es momento de ver objetivos a largo plazo". "Este fin de semana viene un equipo de la parte alta que está creciendo considerablemente, y la dificultad que tienes es alta, pero aún así veo capaz al equipo de ganar a cualquiera. Aunque también creo que tenemos que ir partido a partido. Sé que es un derbi y he vivido varios, habrá ambiente, y lo bonito es que son encuentros en los que no sabes lo que va a salir porque las tendencias no tienen que ver", añade.

Su labor y personalidad

Márquez llegó a asumir un reto complicado, dejando de lado el funcionariado al que había regresado. "Es mi hobbie y una de las premisas es poderme dedicar profesionalmente; para mí tiene una satisfacción enorme. Tenía idea de vivir un año diferente, pero cuando llegó la oferta de Aranda, aunque al principio tuve dudas, siempre fue un sitio que me llamó la atención porque es una ciudad referencia en el balonmano español y donde creo que tengo que intentar aprovechar la oportunidad", detalla el castellanomanchego, que valora lo bueno y malo que le ha dado el deporte, y que es firme en su deseo. "Me planteo como reto ser feliz en lo que hago. Soy consciente de que eso no siempre tiene el final que todos deseamos, pero si soy feliz mientras lo hago para mí es lo importante, y yo soy feliz entrenando. El deseo es tirar para arriba, pero con los pies en el suelo. Soy muy pragmático; ni las derrotas me hunden ni las victorias me suponen una alegría desbordante. Los resultados sí pueden ser un sueño, y en lo personal, que la salud respete y que poder tener una vida feliz", sentencia. Una felicidad que va vinculada con el Tubos Aranda y que, de ser una realidad, significará que el reto está dando muy buenos frutos.

La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.

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