Otro fin del mundo

Palencia

El tiempo dedicado al trabajo estuvo ayer en el punto de mira de muchos después de que la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sea uno de los puntos más destacados del acuerdo alcanzado por el PSOE y Sumar para intentar gobernar este país.

A falta de conocer más en profundidad el desarrollo de esta medida, en muy poco tiempo ya saltaron las primeras reacciones a esta propuesta y desde la parte empresarial ya se habla de que se pone en riesgo la viabilidad de las empresas. Exactamente el mismo discurso que con las subidas del salario mínimo interprofesional que poco más iba a suponer el fin de buena parte del tejido industrial de este país. Y tal y como se ha demostrado con el paso del tiempo, la realidad muy poco se parece a los malos augurios empresariales.

Tal vez, los discursos deberían enfocarse más en tratar de incrementar la productividad de las empresas españolas mediante inversiones, y dejar de ver la llegada del fin del mundo cada vez que se plantea una mejora social, porque las 37,5 horas de jornada laboral no es el fin, es solo un paso hacia una reducción mayor, en sintonía con los países de nuestro entorno como Italia o Alemania. Algunos deben empezar a asumir que la conquista y la mejora de derechos laborales tiene aún un largo recorrido.