Balones fuera

Palencia

La pasada semana el consejero de Empleo comparecía en las Cortes de Castilla y León para informar sobre las actuaciones que se han llevado a cabo por la Junta en relación al anuncio del cierre de la fábrica de Siro. Poco, por no decir nada, sorprenden ya las declaraciones del consejero que utilizó la táctica de la mejor defensa es un buen ataque para intentar salir airoso de esta situación.

Tampoco había otras opciones porque difícil tenía defender la actuación de su consejería, básicamente porque fue nula, cero, nada de nada; teniendo que intervenir la Consejería de Economía y Hacienda para que la administración regional tuviera algo que decir en un conflicto que estuvo a punto de suponer el cierre de una de las empresas más importantes de esta provincia que da empleo a más de un millar de trabajadores.

Optó por atacar a los de siempre. Los sindicatos de clase que nos tiene siempre en sus pensamientos, pero para mal, y al Gobierno de la nación que, como es de otro signo político, lo calificó desleal.

Lo único cierto es que si las factorías de Siro siguen funcionando a día de hoy no es gracias a la labor de la Consejería de Industria y Empleo. De hecho, las políticas desarrolladas hasta ahora por esta Consejería no parecen muy eficaces si tenemos en cuenta las dificultades de esta Comunidad para generar empleo, retener y atraer población.