Cerca de 4.600 castellanos y leoneses tienen prohibida la entrada a locales de juegos y el acceso online a casas de apuestas
Un joven en rehabilitación por ludopatía: “El sueldo me duraba dos días. Robé y estafé para conseguir dinero y apostar”
Valladolid
Un total de 4.594 castellanos y leoneses están incluidos en el Registro de Prohibidos de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), de calado nacional e interconectada entre todas las comunidades autónomas, lo que supone un 35 por ciento más que en 2020, cuando esa cifra se posicionaba en 3.387 personas. En dicho sistema se incluyen los establecimientos de juegos y apuestas presenciales, así como las plataformas online, uno de los desencadenantes de este crecimiento; con el objeto de impedir que estas personas no puedan acceder a sus servicios en cualquier parte de España, según los datos facilitados a la Agencia Ical por la Federación Castellano y Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fecyljar).
Este sistema trabaja de manera paralela con el registro de prohibidos y los datos que maneja la Junta a través de la Memoria del Servicio de Juego, que únicamente es valida para la Comunidad y se centra solamente en los establecimientos presenciales, con 1.018 castellanos y leoneses incluidos, un 66,3 por ciento más que en 2018, según la Administración autonómica, dado que la legislación en materia de juegos de suerte, envite o azar, otorga la posibilidad, a las personas que así lo soliciten, de inclusión en el este listado cuyas inscripciones, salvo contadas excepciones, se producen por petición propia de la persona.
Desde Fecyljar hacen hincapié en el ámbito de la autoprohibición a partir de la inscripción en un registro que impide el acceso del inscrito a aquellos juegos respecto de los que la Administración pública competente haya determinado la necesidad de realizar la identificación previa del jugador con el fin de hacer efectivo el derecho de los ciudadanos a que les sea prohibida la participación en las actividades de juego.
El número de establecimientos de juego en activo en la Comunidad ha descendido año a año desde 2018, con una caída del 4,4 por ciento, al pasar de 18.374 hasta los 17.566 establecimientos totales en 2022, entre los que se enmarcan más de 16.000 máquinas, 120 salones de juego, 18 casas de apuestas y otros 17 bingos, según los datos que refleja la Memoria del Servicio de Juego de la Junta.
Perfil joven
“Estamos ante un problema creciente con un perfil, cada vez, más joven y que no para de aumentar, porque la ludopatía se trata de una enfermedad emergente”, afirma el presidente de Fecyljar, Ángel Aranzana, quien detalló que el año pasado hubo un “aumento tremendo”, con unas 800 familias en tratamiento en la Comunidad por el conjunto de las asociaciones repartidas en las diferentes provincias y agrupadas por la Federación.
Explica en declaraciones a la Agencia Ical que el perfil mayoritario se define por un hombre, con una media de edad de 34 años, y con formación académica, aspecto que antes no ocurría. Aunque el juego a través de máquinas tragaperras fue el predominante el pasado año, este 2023 ha vuelto a girar hacia las apuestas deportivas.
Durante el 2022, se produjo el denominado acogimiento de una nueva familia para llevar a cabo un tratamiento cada dos días de media, un ritmo que se mantiene durante el año actual, cuyas personas presentan edades mucho más tempranas, con recepciones en los últimos casos de personas con 25 y 28 años.
En primer lugar, relata que se lleva a cabo el recibimiento o el trámite de acogida, donde se explica el funcionamiento de la asociación y se recogen una serie de datos en los que se mantiene estrictamente la confidencialidad. Tras ello, un psicólogo se pone en contacto con la persona determinada para dar comienzo al estudio, a través de un tratamiento con terapias individuales y en grupo.
Aranzana comenta que suelen llegar derivados e informados a través de los médicos de Atención Primaria, Servicios Sociales y Salud Mental, pero también por información recabada por internet y en los medios de comunicación, así como empujados por sus propios familiares para tratar de atajar el problema.
Economía y microcréditos
Una parte de este problema se vincula a las crisis económicas, ya que se ha comprobado que tras superar estas situaciones se registra un aumento de los casos de ludopatía, deja claro a la Agencia Ical el presidente de la Federación Castellano y Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados.
Esto es debido a que la gente juega y apuesta con los “pocos recursos”, dado que persiguen el objetivo de aumentar esas pequeñas cantidades de las que disponen para hacer la compra o pagar facturas, pero “no da buenos resultados”.
“La desgracia es que el juego es un negocio y está pensado para que gane la casa y no los jugadores”, afirma, lo que provoca que el problema de esas personas vaya en aumento. A mayores, la sombra de los microcréditos asoma como aliada de la ludopatía, de ahí que Ángel Aranzana ponga en valor la existencia de otro listado para evitar que las personas con este problema puedan pedir préstamos en este tipo de empresas. “Sirven de cortafuegos para cerrar puertas”, sentenció.
Entorno web
En ese sentido, la Junta está inmersa en un proyecto sobre el entorno web para que los establecimientos puedan implantar sistemas técnicos avanzados de control de acceso a los locales, como el reconocimiento biométrico o la huella digital. El objetivo es ayudar a mejorar el registro de visitantes y el impedimento de acceso a personas que lo tengan prohibido en el registro público.
A ese respecto, el Gobierno autonómico aprobó el pasado mes de febrero el Proyecto de modificación de la Ley de 1998 reguladora del juego y de las apuestas de Castilla y León, que se encuentra actualmente en tramitación en las Cortes.
La modificación de la ley implica novedades normativas importantes para el sector, como es el caso del Reglamento que regule la actividad publicitaria, de patrocinio y de promoción del juego y de las apuestas, que estará sujeta a autorización administrativa previa.
Además, dicha modificación traerá consigo la necesidad de aprobar el Reglamento regulador de la composición, organización y funcionamiento de la Comisión Técnica de Coordinación de Juego Responsable, que tendrá por objeto aprobar la Estrategia de Juego Responsable de Castilla y León para los próximos años. Otra novedad será la modificación de los Reglamentos que regulan la actividad de los distintos subsectores.
Joven ludópata
Un joven en rehabilitación por ludopatía: “El sueldo me duraba dos días. Robé y estafé para conseguir dinero y apostar”. Con 29 años, lleva inmerso en este problema desde hace más cinco tras sumergirse en el "mundo destructivo" de las apuestas.
“El sueldo me ha llegado a durar dos días, porque tenía la necesidad de jugar diariamente. Comencé a robar y estafar para conseguir dinero con el que apostar". Cruda realidad de un joven vallisoletano en proceso de rehabilitación por ludopatía que, con apenas 29 años de edad, lleva inmerso en este problema desde hace más cinco. “Cuando entras, no juegas dinero, sino tu vida y la de tu familia”.
Julián, nombre ficticio por expreso deseo del joven con el fin de preservar su privacidad, traslada a la Agencia Ical que “no se sabe lo que se pierde hasta que uno comienza a jugar”, porque el mundo de las apuestas es “destructivo”. Al ver que con una pequeña apuesta de cinco euros se puede ganar diez, la cabeza piensa en cifras mayores para lograr un mayor rédito. “Te crees el cuento de la lechera”, aclara.
Afirma que nunca le había atraído el juego, pero un día acudió a una sala de apuestas deportivas con unos amigos a tomar una consumición, donde, finalmente, apostó un euro sin importancia. “De la nada, se convierte en una rutina más y comienzas a acudir todos los fines de semana, aunque, al poco tiempo, se transforma en una necesidad diaria”.
A partir de ahí, comenzaron los delitos, los robos y la solicitud de préstamos. “Comencé a solicitar microcréditos, algo que no acabas devolviendo, porque no tienes dinero para pagar. A partir de ahí, empiezas a soportar una alta presión con llamadas y cartas por correo postal. Pides una cuantía de 300 euros, pero los altos intereses adheridos a este tipo de productos hacen que, en poco tiempo, la cifra ascienda hasta los 1.000 euros”.
Julián reconoce a la Agencia Ical que su padre abrió una de las cartas y se enteró de la situación, por lo que sus progenitores saldaron la deuda. Tras una primera toma de contacto con la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid (Ajupareva), dejó de solicitar microcréditos, pero el problema no cesó, sino que cobró mayor número de complicaciones, porque siguió con la adicción al juego, por lo que comenzó a robar en su propia casa y realizar estafas. “Llegué a vender la PlayStation 5 de un amigo para conseguir liquidez”, asegura.
En ese momento, entró en una “absoluta depresión”, que se unía al escaso trato y atención que tenía hacia sus progenitores. “En el orden de prioridades, mis padres estaban los últimos. Tuve denuncias por haber robado en mi entorno familiar”.
Tras todo ello, Julián sintió en sus propias carnes un aislamiento social, por lo que acabó aceptando la ayuda de su padre y, en plena pandemia, entró a Proyecto Hombre en Burgos, donde estuvo en tratamiento durante ocho meses en un pueblo de la provincia. “Salí impecable, porque había dejado las malas amistades y había retomado rutinas saludables y regresó al gimnasio”, relata.
Fácil recaída
Tras finalizar esos ocho meses en Proyecto Hombres, regresó a Valladolid y continúo su rehabilitación en Ajupareva, aunque en el momento en el que dejó las sesiones y el apoyo de la asociación vallisoletana, al creerse totalmente recuperado, su “mundo se cayó” al olvidarse del problema. Afirma que se alejó del problema y volvió a recaer en lo mismo.
“Como te despistes, vuelves a caer en la misma mierda y la vida te cambia”, recalca, porque se trata de un problema que se tiene “para toda la vida”. “Uno piensa que está curado, pero la ludopatía es para siempre”.
Julián comenta que había oído que las recaídas son muy duras, pero no lo había dado importancia hasta que lo experimentó de una “manera muy bestia”, puntualiza. “Cuando la he tenido, he llegado a coger una radial del trabajo para ir a unos lavaderos de Valladolid, romper los candados y obtener unas monedas para seguir apostando”.
Hechos y situaciones con las que reconoce que acabó por entender lo que le ocurría, razón por la que decidió “entregar las armas” y poner medidas sin realizar ningún acto ni solicitar prestamos bancarios. Desde entonces, lleva seis meses “fantásticos” junto a Ajupareva, asociación enmarcada en la Federación Castellano Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fecyljar), a la que define como “su medicina” y de la que no se puede alejar.
Una segunda oportunidad
Actualmente, describe como fantástico el día a día con sus padres, dado que se siente muy feliz y centrado, al disfruto de las terapias y de los consejos de Ajupareva. “Si tuviera que ir seis días a la semana lo haría, porque todos los compañeros somos una familia y me hace bien. Veo que esta vez es diferente y me siento muy capacitado, porque con la recaída te das cuenta de la magnitud del problema”, subraya a Ical.
En la asociación, uno aprende a conocerse, porque “siempre hemos huido de nuestros problemas y es positivo hecho de encontrar un lugar de confianza donde la gente te entiende”. Y es que, traslada que el juego es algo que está “muy mal visto socialmente”. Por ello, “siempre se sale mejor de lo que se entra, sin olvidar que se aprende a gestionar los sentimientos y emociones. ”Sirve para darte una segunda oportunidad", apostilla.
“Cuando entras, no juegas dinero, sino tu vida y la de tu familia”. Julián recomendó encarecidamente a todos aquellos que tontean con las apuestas deportivas y este tipo de locales que no entren y dediquen esa cantidad de dinero, por pequeña que sea, a otras cosas, porque “no se sabe lo que se pierde hasta que uno comienza a jugar. Es destructivo", sentencia.