Valladolid se 'viste' de Navidad para unas fiestas que cada año se anticipan más
La empresa encargada de la iluminación ya trabaja en el centro de la ciudad
Valladolid
Ya no sólo son los turrones, polvorones o mantecados en las estanterías desde que casi acaban las fiestas patronales de Valladolid. O la posibilidad de comprar décimos para el Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre cuando vestimos bañador y chanclas. O la ininterrumpida procesión de anuncios de juguetes que, hace no demasiado, se limitaba a unas pocas semanas y, ahora, constituye un bombardeo diario. No. Hay más señales que indican que las celebraciones navideñas cada vez se anticipan con mayor intensidad. Valladolid lleva varios días con una presencia que se ha hecho familiar. La de los empleados de la empresa andaluza Ximénez que vuelve a hacerse cargo de iluminar calles y plazas.
En el espacio central de la ciudad una gigantesca grúa se encarga de acoplar los segmentos que conforman el 'Árbol de los Deseos' y que ya es otra atracción turística de la ciudad, otro espacio de los que sirven para hacerse fotos y vídeos pintureros para engordar nuestras redes sociales. Durante unas semanas, esta estructura rivaliza con la mismísima Academia de Caballería como el rincón más buscado para conseguir esa imagen resultona. El año pasado Valladolid estrenó un diseño propio ya que, hasta ese momento, la capital vallisoletana había 'heredado' elementos reciclados de otras ciudades españolas. Por segunda navidad consecutiva el recorrido por la calle Santiago volverá a estar marcado por unos grandes paquetes de regalo que incluyen un espectáculo de luz y sonido que surca una de las vías emblemáticas de la ciudad.
De momento, prácticamente nada se sabe de la programación que va a diseñar el equipo de gobierno municipal. Sí que se ha apuntado un incremento de las vías con iluminación, que se considera un aliciente para estimular las compras. Tampoco se ha determinado cuando se procederá al encendido que, de manera simbólica, marca el pistoletazo de salida. En esto el que nunca mejor dicho, alumbra el camino, sigue siendo el incombustible alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ha marcado en el calendario el 23 de noviembre.
Durante la pandemia esas luces se activaron a mediados de mes, por un lado para evitar aglomeraciones en la calle y, por otro, para intentar levantar unos ánimos que estaban bajo mínimos por los devastadores efectos que tuvo -y que tenía entonces- el coronavirus. A partir de ahí, la fecha ha estado también vinculada a otro de esos fenómenos que hemos importado de los Estados Unidos. Porque el 'Black Friday' también se ha impuesto como primer aldabonazo consumista. Y con la gente en la calle dispuesta a dejarse los primeros euros, tener la ciudad bien iluminada constituye un ingrediente más para animar a los compradores.
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Mario Alejandre
Cuenta lo que pasa en Valladolid y en Castilla y León desde que se incorporó a la SER, en el verano...